¿Otro corte de agua? ¡Corten el hueveo!

Como un chiste repetido, que a exactos dos meses del corte masivo de agua en Santiago, una lluvia de una par de horas vuelva a dejar a millones de personas sin agua potable, huele podrido.

Siempre he encontrado peligroso y no muy conveniente que el agua sea de una empresa privada (un dato: Chile es el único país del planeta donde esto es así), llámame desconfiado, pero estimo que al ser un ente que actúa motivado por lucro, puede verse inclinado a no velar totalmente por el bien común antes que por sus propios intereses ideologiconómicos.

Dejémoslo así.

Digamos también que el 13% de la empresa pertenece al grupo Luksic, (en estricto rigor, en enero, un ejecutivo del grupo compró las acciones). La empresa, que factura del orden de los 100 mil millones de pesos anuales, carga con una buena cantidad de cagazos en su historial y aunque el Gobierno, que entre 2010 y 2016 le cursó multas por el orden de los 1000 millones (como decirlo, un moco al lado de las ganancias), exigió a Aguas Andinas cumplir con mejorar su instalaciones ante emergencias, desde la empresa, frente al corte sucedido en febrero, dijeron que no existió negligencia y que se trató de “un fenómeno meteorológico de fuerza mayor”.

También echaron la culpa al retraso del regreso del agua en Santiago a que mucha gente a la que sí le volvió se puso a lavar los autos y llenar las piscinas, una explicación bien extraña, por decir lo menos.

Es importante recordar que desde la Coordinadora No Alto Maipo vienen advirtiendo desde hace diez años que el proyecto hidroeléctrico Alto Maipo textual “pondría en riesgo el procedimiento de abastecimiento de agua potable a la Región Metropolitana”, además de haber contaminado buena parte de las reservas con arsénico. Yo no soy ingeniero pero me imagino que para construir una obra que necesita entre otras cosas, 67 kilómetros de túnel, hay que hacer tronaduras y movimientos de tierra que podrían perfectamente provocar cosas como aludes.

Hasta enero, Luksic tenía el 40% de las acciones de Alto Maipo.

El empresario también tuvo los pies metidos en el agua del agua en Antofagasta, el 2015 vendió los derechos del suministro a una empresa colombiana por casi mil millones de dólares (seis veces más caras de a cuánto los compró). El año pasado estuvo involucrado, a través de su minera Los Pelambres, con el desastre de haber dejado a un pueblo entero, Pelambres, en la cuarta región, sin agua. Así tal cual.

Es una combinación peligrosa, convengamos en dos cosas: Luksic es un hombre con intereses políticos más que turbios, su poder para intervenir en la médula del orden social -como lo es poder dejar solamente en Santiago a 5 millones de personas sin agua- es bastante aterrador considerando que puta, no es el personaje más transparente que hay y que dentro de su giro comercial está la compra y venta de favores políticos.

Mientras buena parte del país se deshidrataba y cubría en cebo, Luksic, Dios mio la ironía, se lavaba las manos con agua mineral Perrier vía Twitter:

Esta vez, a exactos dos meses de ocurrida una emergencia exactamente igual, Rolando Bruna se refirió a la responsabilidad de la empresa Aguas Andinas y nuevamente remarcó lo urgente que es que ésta haga las inversiones necesarias para enfrentar las emergencias: “El gran estanque es algo que tiene urgencia y Aguas Andinas, esperamos que dentro de este año se apruebe y empiece lo antes posible la construcción. Eso le va a dar 32 horas de independencia a Santiago, ya que ahora tenemos ocho” dijo la autoridad.

Bruna también respondió a la explicación que dio la empresa quienes atribuyeron las dificultades al cambio climático. “Es un dato que es móvil y es complejo, no es una justificación. Hay que identificar y enfrentarlo”, sostuvo.

El problema acá, es que la decisión de la empresa de invertir en el famoso gran estanque va depender de si les sale más barato seguir pagando multas. Porque la excusa de que son emergencias de fuerza mayor, y atribuírselas al cambio climático (tema que se conoce hace al menos una década) suena como una excusa demasiado simplista.

Si a esto le sumamos que buena parte de los desbordes del rio Maipo pueden deberse a los movimientos de tierra de la construcción de la hidroeléctrica, y la relación embarrada de ambas empresas, por el momento no nos va ir quedando otra que seguir juntando agua cada vez que llueva en Santiago.

Revisa acá las comunas afectadas y envíale saludos a la cuenta de Aguas Andinas vía Twitter, donde además te puedes informar de cómo sigue la emergencia.

Texto reciclado de este de hace dos meses.

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