Ahora que entramos denuevo a clases, universitarios y colegios me tocó acordarme de la etapa histerica cuando estaba entrando a la universidad.
Me tocó estudiar en un colegio de alto rendimiento. El año que postulé, lo hicieron otras 2000 alumnas, todas con promedios sobre el 6,7, y ese año sólo habian 50 vacantes, ganarse un lugar era ganarse el cielo.
Cuando entré al colegio el ambiente era terrible: primero que todo era colegio de minas, y no cualquier mina, sino que éramos un montón de pendejitas acostumbradas a ser las mateas, o sea, el nivel de competitividad era cuático. Los profes eran terribles tambien, y cuando nos tocó dar la PSU, al que no quedara en una super universidad en una carrera supertradicional era casi retrasada mental. Eso no ayudaba mucho, sumado a la presión de los padres, familiares y amigos que te tenian los ojos puestos encima, y que no concebían que no estudiaras medicina, ingeniería o derecho… que pena.
Hace unos días me encontré con una ex compañera del cole, me contó que estaba estudiando Diseño de Vestuario (noté su sensación de plancha cuando me dijo lo que estudiaba). Despues me empezó a decir que en cuento terminara la universidad se iba a meter a hacer un postgrado de algo relacionado con finanzas o física nuclear, pero que la cuestión fuera dificil.
Pero ¿por qué?… le pregunte.
Es que cualquiera al que le decís que estudias Diseño de Vestuario te toma como una tontita.
Me dió pena escuchar eso. Primero que todo porque no creo que las carreras no tradicionales sean para gente menos capacitada, sobretodo las artísticas, y muchas veces se categoriza (y nos dejamos categorizar) por estándares tontos tradicionales, rígidos y prejuicioso.
Por otro lado, es tan fuerte la presión que nos pone la sociedad que muchas veces terminamos estudiando cosas que no queremos. Y así generaciones de mechones que a los dos años se están cambiando de carrera. Hay que ser valiente para estudiar y buscar lo que realmente te gusta, y sinceramente no creo que haya que arrancarse de la vocación, porque a la larga, la vocación igual te atrapa.
Finalmente al final lo mejor es estudiar lo que te gusta. Si realmente eres bueno y emprendedor nunca te faltará trabajo. Simplemente falta gente que haga bien su trabajo… falta gente que haga bien su trabajo porque falta gente que le guste lo que hace. Al final, después de entrar a la universidad me dí cuenta de que todo este proceso de estudiar no era tan importante como saber quién realmente era yo, qué era lo que me gustaba y cómo pretendo cambiar el mundo.
Por mi lado, apenas termine esta ingeniería, creo que seguiré el camino de la vocación…
Portada, creative commons de Hans Gerwitz