Son tiempos difíciles para ser una compañía “chilena premium”. Ya no es como en los 90 donde todo dependía de una linda imagen, sonreír hartos a tus clientes y cobrar por sobre la media para generar una percepción de valor superior. Si hay algo que caracteriza a los nuevos consumidores, es que exigen a las empresas “SER”, no “PARECER”, e incluso la gente de mi edad para abajo es más exigente pues quieren marcas que “HAGAN”, no marcas que “DIGAN”.
El asunto, es que he tenido Entel desde hace aproximadamente 14 años, de la época en la que hablar de esta compañía era hablar de “señal de confianza”. Un mantra que quedó atrás cuando rediseñaron su imagen, aunque para entonces ya teníamos todos en el subconsciente el hecho de que Entel era supuestamente la mejor compañía de telecomunicaciones de nuestro país, sin olvidar el hecho de que era una compañía nacional, algo importante en un mercado donde los competidores más grandes eran españoles (Telefónica) y mexicanos (Claro. Antes llamado Smartcom).
Sea como esa, todo eso, es parte del pasado, y de uno muy muy remoto.
La Decadencia de Entel
La llegada del iPhone y los equipos Android a bajo costo terminaron pasándole la cuenta a la empresa nacional, que siempre alardeó de ser la compañía con más usuarios suscritos a un plan.
La llegada de Android y smartphones asequibles sepultó completamente la idea de “señal de confianza”.
De ahí en adelante todo sobre Entel era un dolor de cabeza. Su señal nunca funcionó bien ni en mi casa (Vitacura y luego Providencia), ni donde mis papás (Quilicura), ni en la oficina (El Golf) ni menos cuando salía de Santiago. Cuando por fin lograron instaurar su retrasadísimo LTE recuerdo conversaciones telefónicas con técnicos que me pedían que me pare en el medio de la plaza Perú para tomar señal y “responder mis emails”.
¿EN SERIO?…digo…¿EN SERIO?
Entel supuestamente era el mejor servicio de telefonía e internet pero en los últimos 5 años no me había dado más que dolores de cabeza. Lo peor es que el servicio es extremadamente caro en comparación con otros servicios.
Con 49 mil pesos, en cada compañía te llevas:
- Entel: 6 GB + Minutos ilimitados
- Claro: 14 GB + 2.500 minutos
- Movistar: 8 GB + 2600 minutos
WTF dije al ver esos precios, sobre todo considerando que mi Internet NUNCA HA SIDO SEÑAL DE CONFIANZA, ¡INSISTO!. Ni con el iPhone 4, nin 4S, ni 5, ni 5S, ni 6 ni 6S. Los he tenido todos y ninguno ha funcionado bien ni particularmente rápido en internet. Tampoco lo hicieron en su momento el Lumia 800, o Galaxy S2 o S6 que también tuve.
A finales del año pasado compré un iPhone 6S liberado, ya que no quiero tener mi teléfono atado a ninguna compañía. Es por eso que decidí llamar a Entel preguntado qué tipo de upgrade podía hacer a mi plan si mi teléfono era libre de fábrica. Lo que me respondieron fue una broma porque me bajaban algo así como 10 mil pesos por tres meses el plan si es que yo me quedaba. Peor aún, la chica de “retenciones” que me llamó, literalmente me amenazó diciendo “da lo mismo que te vayas, las otras compañías funcionan mal así que luego vas a volver solo a Entel”.
Quedé impactado por lo ordinaria y mala clase de la mina. Así de decadente está Entel en este minuto me decía a mi mismo.
Resumen. Decidí quedarme con un prepago porque tampoco tenía apuro en poner internet a mi teléfono salvo para trabajar on the road.
El salto a WOM
Un día comprando en el almacén de mi casa me entró la curiosidad por probar cómo funcionaba esta empresa. El chip que tenían supuestamente venía listo para el LTE y hasta entonces el prepago que tenía con entel con suerte enganchaba en 3G, así que compré el chip WOM e hice el trámite de portarme. Después de todo como el teléfono era mío no era necesario un plan y quedar atado a una empresa eventualmente mala por 18 tortuosos meses.
DIOSITO, JURO QUE ME CAMBIÓ LA VIDA.
Primer asunto, es que mensualmente estoy ahorrando cerca de 35 mil pesos, porque con los 16 mil que termino cargando como 3GB, aunque tienen una promoción que no entiendo del todo bien, pero creo que por cada 3 mil de recarga me regalan 1GB que tiene una duración de 1 semana. Ese GB eso si siempre vence antes de que lo use eso si porque tampoco soy de estar pegado al teléfono.
Llevo usando WOM poco más de tres meses, en formato prepago y esto es lo que me ha pasado hasta ahora.
- Paradójicamente, la señal LTE me ha funcionado mil veces mejor que Entel. Cuando entro al ascensor de mi edificio se cae pero entro en 3G. Incluso puedo hablar por teléfono. Antes impensable siquiera hablar.
- Quizás es porque tengan menos clientes, pero incluso durante nuestra cobertura de SONAR SOUND SANTIAGO mi internet andaba increíble.
- La señal me ha funcionado perfectamente hasta en lugares donde antiguamente ir, era significado de quedarte offline como el Cerro La Campana.
- No me gusta que al acabarse tus GB, no tienen un *gateway* de pago que permita cargar más dinero y luego comprar bolsas. Eso es especialmente incómodo en ciertas situaciones.
- Su página apesta, sobre todo comparado a Entel, pero es un detalle menor al final de ldía.
- Hay algunos problemas con los números 600, por tanto cuando intento llamar al banco o empresas de servicios, tengo problemas.
- El LTE es rápido, muy rápido. Muchas veces se me olvida activar el WIFI y no me doy cuenta que estoy usando GB porque no notas la diferencia de velocidad.
- Su mesa de ayuda 103 es rápida y buena onda, incluso con ciudadanos tratados “de segunda clase” como uno cuando tiene prepago y no el súper plan.
Ahora, algo que quiero aclarar, es que este post es CERO PUBLIPOST. Simplemente considero que así como trolleamos a empresas malas y rascas, es justo y necesario contar cuando servicios como este funcionan bien, a pesar de que su campaña sea para llorar de mala.
Eso es todo amigos. Cambio y fuera. Ahora les dejo un pequeño arte con todas las cosas que se nos ha ocurrido comprar con lo que el chanchito está guardando ahora que mi plata no va a parar a los bolsillos de don Eliodoro. Los ejemplos van desde cosas muy inútiles como 8 vasos de piscola hasta otras menos inútiles como pasajes a NY (luego de 18 meses) o ropa de lujo o cenas en algún lugar fancy como El Mestizo, donde ayer estuvieron comiendo los Rolling Stones.
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