¡Dejen a Benjamín Martínez piola!

Analizamos cómo las redes sociales pasaron de viralizar los mensajes para ayudar a encontrar a Benjamín Martínez Wilson a hacerlo pedazos solamente porque apareció bien con el #crisisvocacional.

Durante el fin de semana fuimos testigos del caso de Benjamín Martínez , el joven estudiante de la Universidad Católica que de un día para otro se le perdió el rastro.

Al igual que muchos casos similares la desaparición de Benjamín Martínez y la campaña acorde para dar con él se inició por medio de las redes sociales. Familiares y amigos rápidamente repletaron Facebook, Twitter e Instagram con la foto de Benjamín, pidiendo alguna información de su paradero.

En cosa de horas distintas figuras del espectáculo, el deporte y la política se hicieron parte compartiendo la información, también se creó una cuenta en Instagram y  el hashtag #BenjaTeEsperamos se hacía cada vez más frecuente.

Finalmente, y para bien, Benjamín apareció el Día del Padre y de la misma manera en cómo se dio a conocer su desaparición se dio a conocer la razón que lo llevo desconectado: una crisis vocacional.

Desde que se conoció la razón las redes sociales y principalmente Twitter, pasó de ser una versión bondadosa de ayuda colectiva a ese lado que posiciona la red social pajarito como el espacio en donde las frustraciones, las malas intenciones y la burla se pueden expresar en 140 caracteres.

El hashtag ya no era #BenjaTeEsperamos sino que era #CrisisVocacional. Un hashtag con el que se han compartido decenas, cientos, miles de burlas hacia Benjamín Martínez y a su familia. Una crítica injusta.

Es cierto, no es común que alguien no quiera dejar rastro producto de una crisis vocacional y que durante esa estadía fuera de cualquier contacto con sus cercanos la haya pasado en hostales, pero ¿En qué momento todo se enfocó en solo querer atacarlo por su motivo para desaparecer, digamos, poco frecuente?

Rápidamente todo se tornó hacia lo que casi siempre se discute en Chile, el factor socioeconómico. Todo se enfocó “en lo zorrón”, en cómo los cuicos afrontan las crisis vocacionales y las críticas (si es que se le pueden llamar críticas a esos ataques) iban a que era cuico, incluso ya no se hablaba de Benjamín Martínez sino que se hacía énfasis en que era Martínez Wilson, como si el segundo apellido menos común diera mayor peso al argumento simple de algunos twitteros que sienten absoluto derecho de ridiculizar una situación que mantuvo asustada a una familia completa.

La reacción de Benjamín de desaparecer producto de una crisis vocacional claramente no es la más lógica y por lo mismo llama la atención, pero la crítica ha sido tanto en relación a la comuna en donde vive o cuanto ganan sus papás que cabe preguntarse ¿El ataque sería el mismo si el joven desaparecido por la crisis vocacional hubiese sido de clase media o clase baja? Se podría pensar que de haber sido así, la justificación que habría dado el coliseo twittero sería algo así como “el joven no pudo con la presión del sistema que nos obliga a estudiar cosas que no queremos”, pero claro, no fue el caso.

El tema debiese ser ese, algo pasa en la sociedad que la presión que se siente cuando se estudia es tanto que a veces nos lleva a tomar decisiones no muy acertadas o correctas y la presión (muchas veces autoimpuestas) es tal que no sabemos como darla a conocer, en este caso, a nuestros padres.

El otro punto es la red social como bandeja de ataques sin que nadie asuma el costo de lo publicado. Que atacar sea gratis. Twitter muestra otra vez su peor cara o más bien, la peor interpretación que le dan sus usuarios. Muchos twitteros escriben lo que quieren porque no lo conocen, no lo conocerán, porque “da lo mismo es un tweet” y se refugian en el anonimato que da el pajarito celeste. Seamos realistas, la gran mayoría de los escriben en menos de 140 caracteres sus burlas contra Benjamín y su familia son incapaces de decirlo en la cara, si tuvieran la oportunidad.

Lo bueno es que Twitter no es la vida real, la vida real es otra y es esa que disfruta ahora la familia de Benjamín con su hijo de vuelta.

Total
0
Shares
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *