Liesbeth van der Meer, directora de Oceana explica el concepto de activismo con bases científicas.
El 31 de agosto 2017 se marcó un hito histórico en la historia del ambientalismo en Chile.
Ese día, en una acción coordinada, los ministros de Hacienda y Economía y el sub-secretario de Haciendo presentaron su renuncia en protesta al rechazo por el comité de ministros al proyecto minero Dominga. El equipo económico quería dar prioridad al crecimiento pero no lograron el apoyo de la Presidenta, Michelle Bachelet, quien dijo públicamente: “Hay gente que cree que si uno se preocupa del medio-ambiente, la economía no va a poder seguir creciendo y sí puede. Sólo que hay ponerse otros anteojos”.
Con sus dichos, la mandataria misma dio prioridad a las preocupaciones medio ambientales por sobre las económicas.
En un país como Chile donde el crecimiento económico es todo, esto fue un gran triunfo para el movimiento ambiental. Sin embargo, el Gobierno no cambió por si solo. Fue el resultado de años de activismo de muchos actores sociales. A nivel de calle, la presión social de los habitantes de la zona de la Higuera, donde iban a instalar el proyecto Dominga, abrieron el espacio político que creó la posibilidad de parar el proyecto.
Mientras tanto en Santiago, la ONG Oceana hacía el trabajo científico de investigar las consecuencias ambientales del proyecto. Entregaron estos resultados a los habitantes de la zona para respaldar sus argumentos. Además, hicieron lobby a los más altos niveles del gobierno para convencerlos de la necesidad de proteger esa zona costera de alta biodiversidad. Como ya se sabe, esta estrategia resultó exitosa.
Conversamos con la directora, Liesbeth van der Meer, quien en su tiempo a cargo de la organización ha logrado posicionarla como una de las más importantes del ambientalismo chileno. Nos contó sobre su relación con el mundo empresarial, las claves de éxito de los movimientos sociales, el legado de Bachelet y las malas prácticas de la industria salmonera.
“Somos muy pocas las ONG que tomamos estos proyectos y los evaluamos de forma científica. Ponemos recursos para ver si el daño que van a hacer es tal. Lo hacemos científicamente. Lo que nosotros hacemos no es activismo puro”
¿Cuál fue la clave del éxito de la campaña en contra del proyecto Dominga?
No teníamos la prensa escrita. Nada. No teníamos los medios tradicionales. Nos preguntamos ¿cómo vamos a informar a la gente? y nos contestamos que a través de las redes sociales. Claramente en El Mercurio, TVN, en Canal 13, en toda la prensa escrita, en los medios regionales, es muy poco el apoyo que tienen este tipo de informaciones.
Las ONG de a poco están ganando terreno. Nosotros no somos parte del gobierno y siempre es muy difícil meterse allí. Claramente desde el punto económico, nunca había pasado esto: que el Gobierno mire desde un punto de vista ambiental un proyecto. eso cambia completamente como se toma las decisiones en Chile. Y así tiene que ser. Para ser un país vías del desarrollo tienen que pasar estas cosas. No solo se puede tomar en cuenta un desarrollo, también existe el desarrollo de los pescadores que hace mas de 10 años están tratando de que esto sea una actividad sustentable. Así es hoy día. Y también el turismo. Son cosas que hoy día se están tomando en cuenta.
Espero que cambie a largo plazo, que no sea solo un proyecto sino que se evalúen todos los proyectos bien, de forma ambiental.
El problema que pasó con Dominga, es que pasó por tres años de irregularidades, pero se tuvo que haber terminado apenas ingresó. El gobierno tuvo que haberle dicho “este proyecto no puede ir acá” al principio. Perp pasaron tres años y claramente por eso están enojados. Perdieron todo ese trabajo pero eso fue un error del Gobierno, no haber identificado antes que no era viable en esa zona.
¿Cómo es intentar dialogar con el mundo empresarial sobre estos temas?
Hoy día no hay un dialogo porque su mirada es netamente productiva y la de nosotros es de conservar, pero también de conservar otras áreas productivas como son la pesca y el turismo. Ahora el turismo da mas ingreso a la gente que vive en La Higuera que la minería. Antes en Chile el turismo era muy pobre y la pesca en esa zona era muy baja. No tenias otra opción que la minería. Hoy día vemos que hay un desarrollo sustentable que es a largo plazo y no como este proyecto que ofrecía 25 años. ¿Y después qué?
Nuestro dialogo con la industria salmonera o la minera es nulo. Hay mucha gente defendiendo ese rubro pero creo que el balance es importante. Somos muy pocas las ONG que tomamos estos proyectos y los evaluamos de forma científica. Ponemos recursos para ver si el daño que van a hacer es tal. Lo hacemos científicamente. Lo que nosotros hacemos no es activismo puro. Claramente, después publicamos esta información y la gente nos apoya. Pero hay mucha ciencia atrás. Es una inversión muy grande la que se hace para hacer expediciones para mostrar lo que hay debajo del agua.
El actual Gobierno ha sido sin dudas pionero en tener una visión ambiental en conservación: tanto en la creación de áreas marinas protegidas como también en la protección del borde costero chileno.
¿Cuál es el legado del gobierno de Bachelet y qué esperan del próximo gobierno?
El actual Gobierno ha sido sin dudas pionero en tener una visión ambiental en conservación: tanto en la creación de áreas marinas protegidas como también en la protección del borde costero chileno. Eso no lo podemos desmentir. Ha hecho una gran tarea. No se han dejado influenciar por el ministro de Haciendo y Economía. Son siempre ellos que guían la economía de este país. Hoy día el Ministerio de Medio Ambiente se fortalece tomando decisiones que realmente importan al ambiente. No puede ser que siempre estemos a favor de hacer proyectos porque nos van a traer dinero. Esa visión es la que cambio y lo que agradecemos a la Presidenta y también al ministro de relaciones exteriores Heraldo Muñoz y el ministro de Medio Ambiente Marcelo Mena. Ellos realmente han cambiado la política de Chile para hacerla medio ambiental.
Ahora quien sale el próximo gobierno, no se. Hoy día no hay ningún candidato que tenga una visión medio ambiental ni un plan de gobierno que incluya una visión medio ambiental como el que tenia la presidenta Michele Bachelet.
¿Ninguna campaña ha venido a dialogar con ustedes?
Nosotros hemos dialogado con ellos pero no ellos con nosotros! No tienen una visión de conservación a largo plazo. No tienen un plan ambiental a largo plazo que asegure que vayamos a progresar en vez de retroceder todos los cambios que se han hecho. Ahora lo que está hecho, está hecho y eso va a seguir. Chile hoy día va a tener 29% de áreas marinas protegidas de zonas donde no se puede extraer absolutamente nada, solo para estudios científicos. Esos son los parques marinos. Eso va a quedar. Es un legado de la presidenta Michelle Bachelet.
(La salmonera) no es una empresa sustentable. No quieren ni transparentar sus números ni tienen una visión a largo plazo como reducir los antibióticos. Según ellos, no es su problema.
¿Qué cambios les gustaría ver en la industria salmonera?
Hace mas de 10 años como Oceana hemos estado evaluando cómo se comporta la industria salmonera. El problema es que tiene una capacidad de carga – la cantidad de salmones por metro cúbido de agua – muy alta. Igual que cuando hay grandes densidades de humanos, se enferman, tienen piojos, etc. Aquí hay una falta de control de densidad y eso genera enfermedades. Para combatir las enfermedades, necesitas anti-abióticos, anti-parasitarios, antifúngicos. Y necesitamos regulaciones para que la industria no siga sobre-produciendo. Ese es el problema hoy día.
Ademas, hay una falta de transparencia enorme. Hace cuatro años estamos tratando adquirir información por empresa de cuánto es lo que usa cada empresa antibióticos. y no quisieron revelarlo. Cuatro años lo peleamos y ahora recién la vamos a tener. Esta información es importante para el control de las enfermedades y para disminuir el uso de antibióticos.
Hasta el día de hoy la gente que consume pescado producidos en Chile, no saben la cantidad de antibióticos que tienen. Nosotros usamos 500 veces más antibióticos para producir exactamente lo mismo que produce Noruega. ¡500 veces! Y eso es porque no existe ningún tipo de control sobre las enfermedades.
Necesitamos más transparencia e información para poder realizar nuestros estudios científicos. A nosotros ni siquiera nos dejan ir cerca de la salmonera para ver la resistencia bacteriana. Cuando llevas 10 años con esta cantidad de antibióticos sobre el medio marino, en el medio ambiente se producen las súper bacterias. Se hacen resistentes a cualquier uso de antibióticos. Después eso se transmite a los seres humanos y nosotros no podemos combatir esas enfermedades. Ahora se están yendo a áreas prístinas donde nunca hubo salmoneras. Tiene que haber un cierre a la expansión. No puede ser que contaminen, después se van a otro lugar limpio, y vuelvan a contaminar. Así funciona hoy en día. Empezaron en la décima región, después se fueron a la onceava y luego a la doceava.
No es una empresa sustentable. No quieren ni transparentar sus números ni tienen una visión a largo plazo como reducir los antibióticos. Según ellos, no es su problema.
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