Básicamente lo último que necesitamos es tener a Facebook metido en la forma que interactuamos para conseguir citas o algún revolcón.

Facebook está intentando solucionar su crisis absorbiendo un mercado que no pudo convencernos del todo con el correr del tiempo: el de las aplicaciones de citas cuya credibilidad es tan inverosímil como la creada por Mark Zuckerberg hace más de una década.

Como dice Selena Gómez: estamos cansados, cansados del mismo amor. O por lo menos, de la forma en la que tenemos que interactuar para conseguirlo en tiempos donde las redes sociales no son un agregado de nuestra vida, sino que la reflejan de forma intrínseca y es técnicamente imposible escapar de ellas.

Nuestro romance con las redes sociales se terminó, c’est fini, y la primera aplicación en caer cual fotolog ha sido Tinder. Simplemente ya no provoca el interés ni mucho menos la picardía que supusieron los encuentros random en un principio cuando fueron novedosos.

En primer lugar, Tinder sufrió una muerte prematura porque se transformó en una aplicación bocona: sabemos desde los amigos en común que tenemos con potenciales matchs hasta sus intereses desglosados por páginas que clickearon hace años en Facebook.

Debemos reconocer eso sí, que muchas citas terminaron de forma exitosa e incluso abundan noticias acerca de personas que se conocieron por la aplicación y que ahora están casadas. El mayor éxito de Tinder fue que se crearon decenas de símiles que usaron su algoritmo pero que no han podido crear un diseño característico y reconocible como el de la llama rodeada de signos para seleccionar gente (como en un catálogo)

Bueno, con todo lo que implica, Tinder logró estar presente en más de 196 países generando más de 10 mil millones de conexiones a la fecha, y tomando en consideración que existen 200 millones de personas solteras según su propia información publicada en Facebook, Mark Zuckerberg dedujo que existe una nueva oportunidad de expansión, aunque con resultados bastante difusos.

Durante la conferencia anual de Facebook dictada frente a una audiencia de 5 mil espectadores en California, Mark Zuckerberg adelantó los diversos cambios que podremos esperar de la red social a corto plazo.

Sin ninguna otra novedad trascendental, el público se sorprendió tras el anuncio de una nueva forma en la que Facebook usará tus datos para conectar con gente que comparta tus mismos intereses a través de Facebook Dating.

Y los usuarios reaccionaron de forma desinteresada de inmediato:

Pero antes de hacer juicios respecto a la nula confianza que nos produce la que alguna vez fue nuestra aplicación favorita por excelencia, necesitamos explicar el funcionamiento de esta nueva forma de hacer match:

En primer lugar, no será necesario descargar algún tipo de extensión. Para usarla, solo debes completar tu información de perfil con las preferencias que se especifican en el lugar. Lo anterior no aparecerá en tu “News Feed” garantizándote el mayor anonimato posible (si claro).

La red social te va a sugerir personas que no son tus amigos pero que sí comparten tus mismas aficiones y coinciden con las características que señalaste en tu perfil.

Si te interesa una persona, puedes conversar enviándole un mensaje a través de su foto de perfil. Si el aludido en cuestión acepta, se abrirá un chat privado independiente de Facebook Messenger (lo anterior sería el equivalente al match de Tinder)

Por motivos de seguridad, se informó que de momento en el chat no se podrán enviar fotografías o videos.

Créditos: InfoGlitz

Ahora vamos a lo importante:

Facebook es una aplicación voraz que absorbe a su competencia desde que llegó a nuestras pantallas. Sus víctimas van desde Fotolog hasta Flickr y ni mencionemos cómo logró transformar a Instagram con sus stories destruyendo a Snapchat de camino.

Su intento de meterse ahora con Tinder es simplemente innecesario en un contexto donde la red social ha sido víctima de su propia majaderearía. Lo último que necesitamos es tenerlo presente en la forma que interactuamos para conseguir citas o algún revolcón.

Además, poco a poco Facebook se fue convirtiendo en un lugar muy impersonal al estar nuestra familia metida en el sitio. Si bien antes nos dedicábamos a subir fotografías como locos y compartir nuestros pensamientos más profundos a toda hora, actualmente solo es un despeñadora de memes interminables.

Es evidente que nos encontramos frente a un declive de Facebook, que comenzó luego de su cambio de algoritmo donde se perjudicó a diversos medios de comunicación; se fortificó con los gráficos que muestran a personas de entre 20 y 30 años abandonando la red social, para finalmente consolidarse con el escándalo de Cambridge Analytica.

En conclusión, las aplicaciones de citas nos malacostumbran a tener que vérnoslas fácil con interacciones impersonales denostando bastante el significado de lo que implica realmente conocer a una persona en profundidad. Si seguimos presentándonos como un catálogo tal vez terminemos en una realidad apocalíptica y distópica como en The Handmaid’s Tale.

Ya, estoy exagerando, pero lo mejor es salir de esa zona de confort a la que nos acostumbraron las aplicaciones e interactuar nosotros mismos saliendo de casa -algo lógico pero que durante los últimos 10 años ha perdido bastante sentido-. Por eso gracias Mark, pero dudamos que tu intento de seguir conectando personas de frutos porque nuestro romance con Facebook ya se acabó, entonces menos vamos a confiar en ti como cupido.