La gente anda muy caliente.
Las revistas han clasificado nuestra vida sexual en categorías inofensivas pero que finalmente caen en las convencionalidades típicas de los artículos de Cosmopolitan: sexo mañero o nocturno, por delante o por detrás, arriba o abajo y con o sin juguetes.
La industria del porno también ha contribuido a hacernos creer que existe cierta forma para tener sexo, cuando en realidad todos y cada uno tenemos ese algo que nos prende pero que no decimos por miedo a quedar en vergüenza.
¿Qué pasa cuando la vida se pone generosa y nuestros fantasías se hacen realidad?
Esto.
Mauricio (25) A lo vampiro
Después de un mes saliendo, la chica con la que estaba en ese minuto me empezó a morder el cuello muy fuerte. Después las mordidas terminaron en tirones de pelo y le mordí una pechuga para que parara, pero lo único que conseguí fue excitarla más. Me terminó pegando durante media hora y me encantó. Ahora somos amigos y nos acordamos del episodio con cariño.
Macarena (34) Igual que el meme
Este fetiche es típico, pero debe ser contado por que los mitos son ciertos. Conocí a un negro en las Bahamas y cuando se sacó la ropa estuve unos 15 minutos mirándole el pene asombrada. Era una trompa. Literalmente lo más parecido al negro de whatsapp que he visto. Tenía mucho miedo y cuando nos acostamos me sentí como Caupolicán cuando lo empalaron. Al día siguiente no podía pararme y andaba medio coja pero fue el mejor sexo de mi vida y desde ese momento no he podido volver a otras razas. Eso sí, cuando nos encontramos un año después decidí que era mucho hombre para mí, que soy media estrechita.
Coni (23) Escalera de emergencia baby
Tenía tantas ganas de follar en un lugar público que me fui con un tipo a las escaleras de emergencia de un edificio. En una segunda oportunidad hicimos lo mismo pero donde guardan la basura. Pese al olor, la adrenalina de ser descubiertos hizo de ambas experiencias algo exquisito y puedo decir con orgullo que cumplí mi fetiche y lo volvería a hacer mil veces.
Juan Andrés (29) Game of Thrones
Soy gay y siempre le tuve ganas a mi primo mayor. Un día estaba borracho y aproveché la situación para dar el primer paso y cumplir mi fantasía adolescente. Para mi sorpresa, respondió a las indirectas y nos fuimos a tener sexo a una pieza mientras hacían un asado familiar en el patio. Me sentí como Cersei Lannister. Ahora el está casado con una mujer y no hablamos mucho.
Pablo (27) Tacones lejanos
Con mi pololo teníamos un cumpleaños donde los hombres debíamos vestir como mujer y viceversa. Pasadas las horas y con hartas piscolas en el cuerpo, la situación se descontroló y nos metimos a una pieza para tener sexo con los tacos y las pelucas puestas. La idea del travestismo nos calentó demasiado y descubrimos un nuevo fetiche casi por casualidad.
Alicia (28) Choke me, baby
Después de una relación larga quería probar distintas formas de tener sexo y ninguna idea me calentaba más que ser ahorcada. Nunca se lo comenté a nadie por miedo a que me miraran como una degenerada. La fantasía se cumplió cuando alguien con quien salía me amarró el cuello con una correa y tuvimos sexo toda la noche. Ahora, en mi actual relación, también me gusta el ahorcamiento, pero despacio y suave, muy suave.
José Miguel (27) Mala leche
Mi fetiche es ser patas negras. Que la gente sea secretamente infiel conmigo. Una vez me metí con una pareja de pololos por separado, nunca supieron y ahora somos amigos. Intento no hacerlo tan seguido para no sentirme mala persona, pero la idea de provocar calentura en alguien que tiene una relación aparentemente idílica, me vuelve loco.
María Jesús (22) Arigato
Siempre he tenido una fascinación por la cultura asiática y en mis ratos libres veo porno japonés. De alguna forma u otra el idioma y la cultura me calientan. Me metí a Tinder para buscar gente con esos rasgos y al no encontrar, debí conformarme con un menor de edad que era otaku. Me sentí tal como las actrices de las películas que veo. Misión cumplida.