El diputado del Movimiento Autonomista le dedicó unas emotivas líneas a su par y le pedimos a dos expertos en poesía que lo escrutinaran. Spoiler: es rudo.
Poetas políticos, políticos poetas, son dos disciplinas que se han entrecruzado en varias ocasiones durante la historia. Por ejemplo, Gabriela Mistral fue cónsul en Madrid, Pablo Neruda fue senador. Y bueno, hoy en día en el Parlamento hay varios artistas también.
Capaz que ese espíritu haya envuelto al normalmente frontal, rudo y metalero magallánico Gabriel Boric para que a la luz de una vela tomara una pluma y escribiera un comprometido y sensible poema dedicado a su compañero diputado del Movimiento Autonomista, Diego Ibañez.
El poema fue publicado en el Twitter del Movimiento Autonomista y la verdad que por lo políticamente convulsionada de la semana, o capaz por pudor, qué va saber uno, no tuvo tanta repercusión, aunque por supuesto Diego se lo agradeció.
Te quiero compañerazo @gabrielboric, codo a codo aprendiendo a luchar. Mira @GiorgioJackson a mí me hace poesía y a ti no.🙄 https://t.co/oFBozctNJ7
— Diego Ibáñez (@diego_ibanezc) April 26, 2018
Sin más preámbulos, te dejamos con la poesía de Gabriel Boric dedicada a Diego Ibáñez. Luego de eso, el crudo análisis de nuestro panel de expertos conformado por la editora y poeta Verónica Jiménez Dotte y el poeta experimental e investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la USACH, Felipe Cussen.
Que lo disfruten:
I
Diego se llama
el poeta
Que no escribe
pero suspira
Cuando piensa en
todo aquello.
Que lo agobia
pero lo anima.
II
Vino del agua
seca
Desde Petorca y
desde la Ligua.
Por Cabildo
junto a Belloto.
Revoluciona toda
la 5ta
III
Ay si pudiera
explicarles lo
que esconden sus
ojos verdes.
Su sonrisa de
hombre
tranquilo.
Su templanza, su
andar cancino
Quizás entonces
quizás sabrían
Que nuestro
Ibáñez el diputado
No descansa
mientras lo
injusto.
Sea la regla de
nuestra vida.
Verónica Jiménez Dotte, editora y poeta: “Tiende a dispersarse”
“Boric construye un poema desde la oralidad, empleando como base la cuarteta rimada con versos octosílabos, independiente de la forma que le da con el corte de los versos al escribirlo. Hay en eso un punto interesante, porque el verso octosílabo marca un tipo de respiración en el poema que es muy propio de la poesía popular y de la improvisación, y que también se usa en la publicidad, que busca que la frase quede resonando en la memoria del que escucha”.
“No sé que tan consciente sea él de la forma poética a la que recurre; me imagino que no mucho, porque después de la primera estrofa el poema tiende a dispersarse en la forma, cambia el tipo de verso (nueve, diez sílabas) y también la rima, con lo que el poema se va un poco a las pailas”.
Felipe Cussen, poeta experimental e investigador Instituto de Estudios Avanzados, USACH: “Sugiero pequeñas correcciones”
“A nivel formal, creo que el poema se resiente con una diagramación tan estrecha, pues tengo la impresión de que el poeta concibió versos más extensos, que se vio obligado a separar. Y si bien un poema es, por definición, un espacio de experimentación formal, tengo la impresión de que el autor opta en este caso por adoptar las convenciones gramaticales y ortográficas convencionales, por lo que se espera, en consecuencia, una aplicación consistente de esas reglas. Por ese motivo, sugiero algunas pequeñas correcciones: hay algunos puntos que debieran ser reemplazados por comas, por ej.: “No descansa/ mientras lo/ injusto./ Sea la regla de/ nuestra vida.”, y también habría que agregar un punto antes de “No descansa”, o bien poner ese “No”, con minúscula. El hecho de que estos problemas ocurran hacia el final da cuenta, quizás, de un proceso algo apurado en su finalización”.
“Finalmente, quisiera destacar un par de versos que me parecen notables “Vino del agua seca”. Acá, Gabriel Boric despliega todo su manejo en el noble arte de la polisemia, pues “vino” lo podemos leer tanto como el pasado del verbo “venir” y, a la vez, como la bebida. Así, “agua seca”, un notable oxímoron, podría ser, siguiendo la primera lectura, la refencia a las áridas tierras de las que proviene el homenajeado, o bien un alcohol imposible. Aunque esta segunda interpretación quizás no haya sido desarrollada voluntariamente por el autor, debemos recordar que las chispas de la verdadera poesía siempre ocurren más allá de la conciencia del poeta”.