Un estudio del Imperial College de Londres reveló que la psilocibina contenida en estos organismos sirve para que las neuronas funcionen de mejor manera. Diferenciándose de los efectos que tienen fármacos tradicionales como el escitalopram, dicen que la sustancia “hace que el cerebro sea más flexible y fluido, y menos arraigado en el pensamiento negativo y patrones asociados con la depresión”. 

De nuevo los hongos. Los últimos años se han publicado diversos informes que comprueban que el uso de psicodélicos y hongos alucinógenos pueden ayudar a tratamientos psicológicos de diversas enfermedades mentales. 

Tan así, que Canadá aprobó que profesionales de salud intenten solucionar este tipo de padecimientos con terapias complementarias que incluyen el uso de microdosis de MDMA y psilocibina psicodélica, mejor llamada como “hongos mágicos”. 

De esta forma, una nueva investigación del Imperial College de Londres publicada en la revista Nature Medicine, reveló que los voluntarios que tomaron psilocibina mostraron una mayor conectividad cerebral durante su tratamiento. Así, los escáneres a los que fueron sometidos mostraron que los hongos produjeron una mayor “apertura” en su actividad neuronal. 

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Con esto, lograron concluir que los psicodélicos actúan muy distinto a fármacos usados para la depresión, tales como el escitalopram. “Por primera vez, descubrimos que la psilocibina funciona de manera diferente a los antidepresivos convencionales, lo que hace que el cerebro sea más flexible y fluido, y menos arraigado en el pensamiento negativo y patrones asociados con la depresión”, explicaron los responsables del estudio. 

Y los hallazgos cobran relevancia, porque la psilocibina no solo serviría para la depresión, sino que también para trastornos como la anorexia y la adicción.