La automatización de la vida humana de a poco se ha ido transformando en un tópico recurrente en los estudios de la robótica, la ingeniería y también en la vida diaria de cualquier persona con una visión contemporánea del entendimiento de la tecnología en el día a día.
Bajo los miedos de las leyes de la robótica planteadas por Isaac Asimov, se han ido perpetuando los conflictos que, sin reflexión aparente, funcionan como base para que la ciencia ficción deje de ser una ficción resguardada en las altas esferas del poder.
La democratización de la educación, de la academia, de los estudios y las posibilidades de la auto-educación en cuanto a programación, gracias a Internet, han mejorado las expectativas en cuanto a esta automatización. Ya no es necesario un laboratorio, una entrevista para entrar a una universidad o a una academia, sólo es necesaria la curiosidad para re-pensar la robótica y darle las funciones deseadas.
De a poco las mujeres y, en especial, las niñas han entrado en un territorio de la programación del que pareciera estaban despojadas. Parte de esto, entre otras significancias, existen en concreto como resultado de una serie de procesos en el que el tejido social se ha homogeneizado en dirección a principios y valores impuestos desde androcentrismo.
En Girls in Tech, organización sin fines de lucro que busca retroalimentar el colectivo de la tecnología con perspectiva de creadoras, elevandolas a fuentes de inspiración y como íconos del conocimiento específico para otras creadoras niñas, adolescentes, mujeres, seniors, y demás sujetos que se identifiquen con este territorio del género; las chicas pueden encontrar las soluciones a los desafíos que se enfrentan a diario a la hora de reflexionar sobre tecnología.
Mujeres robots
Macarena Abarca, está en tercero medio, ya ha ido a competir a varios mundiales de robótica en Estados Unidos; fue premiada por el premio InspiraTEC el año pasado y viajó a Nueva Zelanda a conocer diferentes espacios que se especializan en robótica como de programadores y universidades.
Ahora forma parte del equipo de robótica Los Chilis y es una de las voluntarias que comenzó más joven en Ingeniosas: ciencia y tecnología para todas, un programa que busca fomentar las vocaciones en STEAM -ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas- en niñas y adolescentes del país.
“La robótica, específicamente no me interesaba desde el primer momento, el tema de la tecnología y la innovación y la ingeniería, sí. Todo esto empezó por mi papá porque él trabajaba en energías renovables y él intentaba explicarme como funcionaban las cosas que él hacía, y por qué era interesante inventar cosas”, dice Abarca en conversación con POUSTA.
“Es importante creer en la innovación. Desde chica me importa y siempre está presente en mi vida”.
Su interés fue evolucionando. Entró al equipo de robótica de su colegio; y fue todo un desafío, no por no tener las capacidades para aprender, sino porque se encontró con un profesor que le quiso negar la entrada. “Dijo que yo no sabía nada”.
“El hecho de que te nieguen algo sin un motivo importante, me dieron más ánimos de hacer las cosas. Me dieron ánimos de demostrarle al profesor que yo era capaz de lograr aprender cosas nuevas y liderar. Eso me motivó. Durante el primer año que quise entrar al equipo y no pude de manera oficial, igual iba a participar para aprender. Al segundo año me convertí en la capitana y encargada de mecánica”.
Cada vez más de sus compañeras muestran interés en la robótica, “Sobre todo cuando ven las actividades entretenidas a las que voy y los viajes por los campeonatos, pero más allá de que quizás el interés sea por esto en un principio, ese interés en algún momento se transformará en un ¿por qué no probar? En ese momento se dan cuenta de lo diverso e interesante que es”.
Empezó a ser voluntaria de Girls in Tech y de “Ingeniosas: ciencia y tecnología para todas” hace dos años; hoy dirige el equipo de robótica: Los Chilis, el que también creó. “Antes estaba en Corazón de Chileno pero me moví porque tengo la convicción de que mientras más equipos de robótica creemos, más gente se sumará y motivara a participar”.
Ganaron el segundo lugar en un campeonato regional en California. Ella ganó el premio Dean’s List Finalist Award, que reconoce y premia a estudiantes ejemplares para la competencia que se dedican a difundir las STEM y crear en su comunidad más igualdad de género y temas de tecnologías, y crear más oportunidades de robótica. “Por eso este año tengo la oportunidad de ir de nuevo al mundial, no a representa a mi equipo si no que ir como Macarena Abarca a recibir ese premio”.
Belén Guede, está en tercer año de la universidad. Siempre ha mostrado interés en las STEAM y se ha desarrollado en esas áreas, a través de su participación en charlas, competencias de robótica, en algunas junto con Macarena Abarca, y hace un tiempo fundó STEM Academy, un espacio en el que impulsa las STEM a niños y niñas para que se acerquen a este mundo.
Ganó el Challenge for Change, o Desafío por el Cambio un concurso mundial de Microsoft que motiva a estudiantes de todo el mundo a considerar las tecnologías para hacer un impacto positivo en sus comunidades. “Para ese entonces yo tenía 17 años y muchas ganas de involucrarme en temas STEM, pero en mi entorno inmediato no habían muchas oportunidades para aprender en comunidad y con otras personas de manera colectiva, así que postulé al concurso iba de la mano con potenciar estos espacios”.
Luego de ganar, se juntó con un grupo de amigos y empezaron a coordinar actividades para promover el uso de la robótica en la educación en bibliotecas públicas de Puente Alto y colegios de La Florida, en Chile; esto terminó siendo STEM Academy, una organización que busca fomentar espacios donde la ciencia y la tecnología sean celebradas, por medio del establecimiento y apoyo a programas de Tecnología y Robótica Educativa tales como equipos, talleres e intervenciones dinámicas para estudiantes de enseñanza básica y media.
“Tenemos la convicción de que la tecnología surge como un gran facilitador que permite avanzar en la reducción de la desigualdad y fortalecimiento de la inclusión social”.
“Las chicas interesadas en robótica no tienen nada que perder, sino que al contrario. Existen varias oportunidades que dejan experiencias muy significativas, se conoce gente y se pasa muy bien. Mi consejo es que se unan a un equipo de robótica estudiantil de las competencias VEX, FLL o FRC, que impulsen un equipo en su colegio o que vayan a los campamentos Chile Va! y otras actividades de organizaciones muy geniales. Que se crean el cuento que son capaces de todo”.
Camila San Martín, Tiene 15 años y está en segundo medio. En su primer colegio la incluyeron en un taller de robótica, se encontró con un mentor que la incluyó en Pizza Mecánica y así fue participando en diferentes equipos como Los Fénix y en VEX.
Se ha enfrentado a diferentes estereotipos a su corta edad; pero los ha ido rompiendo paso a paso.
“El estereotipo más grande que enfrente fue romper la brecha de género que enfrentan las mujeres en el mundo STEM, fui capitana, eso fue un logro bastante grande para lo que yo aportaba en mi trabajo en el equipo”.
Pizza Mecánica más que un equipo de Robótica es una oportunidad, dice. “Como estudiante pude hacer las mismas cosas que un estudiante de ingeniería está aprendiendo. Es una gran oportunidad y una ventaja que puedo tener para poder ver el camino que puedo tomar cuando esté en cuarto medio. Eso es lo que más me gusta, tengo una pasión por lo que hago, antes no era muy común decir soy mujer y hago robots, pero ahora lo digo soy mujer y amo hacer robots“.
Es posible compatibilizar estudios y trabajar en este campo en tus tiempos libres. Trabajan después de clases los días viernes o a veces los sábados, cuando hay exposiciones u otra actividad hablan con los profesores para que les den tiempo, “siempre intento de hacer todos mis deberes en clases o pedirles a mis mentores ayuda”.
“Lo que me gusta es que me abre nuevas oportunidades y se que voy a cumplir todas mis metas, me ayuda en mi personalidad y en mi carácter”.
En este mundo es toda una odisea encontrar oportunidades. En las demás regiones del país esto sigue siendo todo un desafío. La misma clase de desafío que suponía que las mujeres entraran al campo de la robótica. Desafíos que ya sólo son simples tareas.