¿Es un privilegio pensar hoy en el sexo como una prioridad?
A principios de este mes se dieron a conocer los resultados de La Primera Encuesta Sobre el Placer Sexual en Chile. Una iniciativa en conjunto de Criteria y Japi Jane. La pregunta base era: ¿Cuáles son las experiencias o actividades que te generan más placer en la vida? El 51% de chilenxs encuestados, entre los 18 y 80, cree que la comida y la bebida son lo más complaciente. Después venía el descanso, los viajes, la conexión con la naturaleza, la música y el sexo apenas alcanzaba el 11%.
Incluso en los más jóvenes (hasta los 24 años), los números marcaban un desinflado 12%. ¿Nos tenemos que preocupar? Hablar de sexo, incluso en este artículo, se siente añejo para mí. Sobre este tema está todo dicho y para lo que no, existe un manual. Porque, desgraciadamente, somos la generación que necesita tutoriales para todo. Y en estas conversaciones cotidianas de sexo, tan repetitivas, queda tan higienizado, como un objeto de estudio, desprovisto de cualquier misterio.
Como un plato de caracoquesos salido de un microondas, pero que queda olvidado sobre la mesa. Después de diez minutos deja de ser excitante, y el queso se plastifica, el amarillo crepúsculo se torna más mostaza, el olor es incómodo y el plato se ve triste, abandonado y casi agónico.
Suponemos que ya sabemos todo sobre sexo. Y en caso de que tengamos dudas, lo podemos googlear. Es una historia que conocemos y sabemos cómo comienza y termina. Dos seres humanos (o más) disponen sus cuerpos con un objetivo claro: generalmente llegar al orgasmo. Una sexualidad a corto plazo, sin improvisación, despojada de sensualidad. Y ahora se nos dice que estamos al debe.
“Hay estudios que muestran que la frecuencia de encuentros sexuales a nivel mundial, no solamente en Chile, está bajando”, dice Jane Morgan, fundadora de Japi Jane, en una entrevista reciente, “si seguimos así, al año 2050, ya no va a haber sexo. Es alarmante”, remata.
En medio de uno de los momentos más oscuros de nuestra democracia desde su retorno y en plena pandemia, posicionar al sexo como un debería y agregarlo a la lista de cosas pendientes lo convierte en una tarea. Y nadie disfruta llegar del colegio —jornada escolar completa— a hacer las tareas. No quiero victimizar a nuestra generación, pero por ejemplo, el descanso en aquella encuesta aparece como la segunda opción más importante de placer, con más del 30%.
Recuerdo el meme del toy xikito y creo que sí, estamos xikitos en este momento. La vida hoy no está hecha para desear como antes. El sexto informe de “Vida en Pandemia: Incertidumbre económica y crisis del estado de ánimo al vivir en pandemia, desarrollado por la Universidad de Chile, da cuenta del estado de la salud mental en nuestro país. El 32% lxs chilenxs está desanimado. La inseguridad laboral y el desempleo, el miedo a la reducción de ingresos y no llegar a fin de mes, y con eso, echarse encima más deudas, es un fantasma que se sentó instalado en el living. ¿Es un privilegio pensar en el sexo como una prioridad? Sumándole la incertidumbre de dos ítem importantes: ¿creemos que la vacuna nos devolverá la añorada normalidad? ¿Creemos en la reparación de la democracia y sus promesas de cambios?
A Jane Morgan le preguntan en la entrevista qué se puede hacer para combatir la rutina en la relación. Y sólo leer el verbo combatir, me produce desánimo y me tira al suelo.
—
Encuentra a nuestro editor en su instagram como @crvzgiraldo / Ilustración por @ch.cea