“Vengo de un país enfermo, donde vivimos con paranoia y miedo de que en cualquier lugar alguien con un fusil nos mate a todos”.
Espero que me permitan hacer una comparacion entre Estado Unidos y Chile. Soy gringo – estadounidense, especificamente – y llevo cuatro años viviendo en Chile. Ojalá este hecho sea suficiente razón para dar cierta autoridad a lo que voy a decir aquí. Me baso en mi experiencia personal, por lo tanto admito que puedo estar sesgado a otras realidades. Pero esta es la mía.
A los chilenos les gusta quejarse, incluso diría que quizás les encanta quejarse. Cuantas veces he escuchado “país culiao…” en reacción a una mala noticia en los medios o a una historia contada entre amigos. Gana la oposición política y la mitad de la población insiste que “Chile se va a la mierda”.
Bueno, no pretendo ignorar los problemas que tienen. Las pensiones son bajas. El crecimiento económico ha bajado en los últimos años. Los asaltos son cosa habitual. La educación es cara. La salud es mala. Los políticos son corruptos. Los empresarios no tienen escrúpulos. La Araucanía es casi una zona de guerra. Los pueblos indígenas están oprimidos. El medio ambiente está amenazado. El transporte público no es confiable. Los sueldos son de tercer mundo y los precios de supermercado son de primer mundo. Estos hechos son evidentes para cualquiera que pase suficiente tiempo en el país y que tome el tiempo de escuchar la gente.
Sin embargo, en Estados Unidos vivimos con un terror que Chile, por suerte, no conoce.
Para nosotros, cada vez vamos a un concierto al aire libre, a una discoteca, al cine, a la oficina, al colegio, a la universidad, e incluso cuando mandamos nuestros hijos al kinder, existe el miedo real de un tiroteo masivo.
Está allí, siempre presente, guardado en un rincón de nuestras mentes. Con la frecuencia de matanzas que hay, tenemos que estar preparados. En mi high school, realizamos un simulacro de un tiroteo masivo cada año. Nos enseñaron a hacer barricadas en la puerta de la sala, a escondernos bajo los escritorios y a guardar silencio.
¿Te puedes imaginar si la vida fuese así acá? Yo he ido a Lollapalooza, salgo a bailar a Bellavista, he visto películas en Cine Hoyts, trabajo en oficinas, he visitado colegios, estudié en la Chile y he ido a buscar niños al jardín. En ningún momento se me ocurrió que alguien llegara con un fusil militar a matarnos a todos.
Lamentablemente, soy de un pais enfermo y allí vivimos con miedo y paranoia. Ustedes no. Quizás te parezca algo básico, un mínimo estándar de seguridad, pero ser libre de este miedo es un logro. Mi país, que se cree tanto, no hace nada al respecto. Aprecien lo que tienen. Te digo que se siente la diferencia. Defiéndanlo.
Deberían estar orgullosos de Chile, porque mi país me da terror.