El fotógrafo chileno Diego Argote está exhibiendo su íntima obra personal en la Galería de Arte el Zaguán desde el sábado 06 de octubre en San Fernando.

Yo, Híbrido (Diego Argote)

Diego, quien estos días ha estado corriendo de un lado para otro terminando de afinar los detalles para la inauguración de su exposición Yo, Híbrido en la Galería el Zaguán en San Fernando.

Yo, Híbrido le ha entregado ciertas responsabilidades que cumple a cabalidad. Se mueve seguro entre las calles y con un tono travesti dice que esta invitación a exponer su memoria fotográfica le ha invitado a revisar insistentemente los textos, las ideas y las imágenes que creó a partir de esta primera entrega años atrás.

¿Cómo describir la obra de Argote?, ¿Cómo lograr condensar un cuerpo híbrido en esta dimensión tan limitada?. Argote es un cuerpo queer, una interrogante, una incansable fuente de producción cultural que consigue entrelazar, sin obedecer ninguna norma en absoluto, ficciones que se acercan desde marginalidades y periferias a la materialidad de una fotografía no masculina.

Su desobediencia ha tenido costos, los mismos costos que funcionan como moneda de cambio en este ambiente de artistas de la fotografía. Su trabajo se mira con una venda que lo categoriza en un otros.

Serge Margel escribe en su libro Alineación “Hablar aquí de hibridez no equivale a describir una simple mezcla, una cruza de cuerpos diferentes que se mezclan para formar otro cuerpo, restablecer un nuevo origen y nuevas marcaciones identitarias. Muy de otro modo, se trata de concebir una suerte de exceso (hubris), una ruptura, una desviación, una separación de los cuerpos o un desapego de las formas que rompen con sus propias condiciones, su proveniencia, su origen, rompiendo toda formación de identidades, de géneros y de especies para tejer nuevos espacios, abrir otros tiempos e inventar lo posible”, así es como Argote entrecruza sus trabajos, sus experiencias y sus ideas sobre lo ajeno, lo desviado, lo raro, no anormal y lo trans desde todas las aristas, la transdiciplina tras sus fotografías, sus ideas sobre el género o su narrativa de vida en la que confluyen travestis, trans, queers, homosexuales y mujeres.

Yo, Híbrido (Diego Argote)

Diego estudió fotografía en el Instituto Profesional Arcos, donde hoy se desempeña como docente encargado del taller Cuerpa y Desacato. Aquí enseña a sus estudiantes la importancia de experimentar, de sacarse dudas a través de la práctica diaria del ejercicio fotográfico, del desnudarse y encontrarse las heridas, las costras y potenciar, desde estos lugares oscuros que se habitan a diario, un flash que permita mostrar con prominencia las ideas que bajo las normas estrictas y lineales de la fotografía, y sus grandes maestros, estarían prohibidas por lo líquido que puede parecer para estas estructuras tan fijas y solemnes.

Sus estudiantes reconocen que este Argote ha sido un impulso creativo entre el feminismo y la resistencia a una academia que parece higienizar desde la teoría procesos artísticos cerrando así la multiplicidad de significantes que pueden tener las intervenciones de cada uno de estos procesos que dan origen a las obras que Argote tensiona junto a sus estudiantes.

Algo de lo que ya hablaba el activista transfeminista Jorge Díaz en 2016 sobre el trabajo del fotógrafo. “<<Yo, Híbrido>> propone una cámara que interroga aquel espacio tradicional del paisaje como soporte de una naturaleza deformada por saturación o contraste de blanco y negro. Diego trabaja el blanco y negro en saturaciones extremas, como ejes antagónicos del lente óptico de la publicidad tecnicolor”.

Sus últimas clases han estado guiadas por la intención colectiva de tomarse los pasillos del Instituto, de hacer uso del espacio académico para mostrar el trabajo que en base a diálogos han ido formando desde la individualidad de perspectivas de cada estudiantes.

Yo, Híbrido (Diego Argote)

Esta decisión política de trabajar sus clases desde la horizontalidad obedecen a una vida de violencias diagramada desde la masculinidad hegemónica a la que Diego se ha debido enfrentar desde su clase y desde su identidad disidente, no sigue el típico patrón de poder vertical y heterosexual autoritario y benevolente. Esta misma masculinidad es la que rige los espacios fotográficos. De los 13 premios de Artes Plásticas de Chile, sólo cuatro han sido otorgados a mujeres y sólo uno de ellos ha sido dirigido a la fotografía. Su amiga, Paz Errázuriz, fue galardonada con este premio el año 2017 siendo la única fotógrafa en ganar hasta la fecha. Otra de sus amigas, Zaida González, también ha sido vista desde el género en la fotografía “aquí los hombres desde siempre han estado poniendo la pata encima y aminorando a las mujeres”, decía en conversación con Pousta.

En Yo, Híbrido el trabajo con las plantas encarna el cuerpo de Diego y los cuerpos aminorados de sus amigas, de activistas de una memoria con rabia, resentida. Una de sus estudiantes en clases quería recrear en tres fotografías en blanco y negro uno de sus procesos más íntimos, una crisis de pánico.

Diego y el grupo de estudiantes apasionadas se dejaban fluir entre diálogos que concluían en instantes felices, de complicidad y de amistad, de vínculos que fomentaban encontrar inspiración en los momentos más frágiles.

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Yo, Híbrido (Diego Argote)

Se sube al auto y parte con una última dirección, una que le permitiría ver su trabajo impreso y evaluar hasta el más mínimo detalle de lo que se vería desde el sábado en la galería. Sus heridas, su desobediencia, su periférica marginalidad, su identidad híbrida en su primera exposición al público entero.

Diego es un rebelde de la fotografía y la academia. Su enseñanza es disidente. Igual que su obra.


Puedes visitar la obra de Diego Argote en la Galería de Arte el Zagúan en Av. Manuel Rodríguez 752, San Fernando, Chile.