Hoy comenzó a circular por Santiago el mal llamado “Bus de la Libertad” que busca propagar la intolerancia, el odio y la ignorancia respecto de los niños y niñas transgénero.

Durante la semana pasada se dio a conocer que llegaría a Chile el mal llamado “Bus de la Libertad” que promueve, precisamente, la falta de libertad a niños respecto a su identidad de género.

El anuncio rápidamente causó polémica de la misma forma como el bus ya lo había causado en los países por los que ha circulado como México, Colombia, Estados Unidos y en su originaria España.

Incluso la Fundación Iguales llegó a juntar 38 mil firmas de rechazo al bus. Aún así, la llegada del  bus fue inevitable generando enfrentamientos entre adherentes y opositores, pero también dando a la sociedad civil un nutrido y potente debate por parte de los partidarios del bus que dieron a conocer sus elaborados argumentos y razones de por qué hay que estar con el bus y no en contra de este.

“¿Usted me puede explicar que es la ideología de género?”, preguntó la periodista del matinal Mucho Gusto de Mega. Una pregunta sencilla y que debiese ser simple de responder por parte de los que están en contra de la ideología de género pues, obvio, mínimo saber sobre qué estás protestando en contra. La mujer deleitó a la opinión pública con la siguiente respuesta:

“Es un pensamiento ideológico. Cuando hablamos de ideología hablamos de pensamiento humano, no de algo que sea empírico, de algo que sea real, de algo que sea biológicamente comprobable. La ideología de género se basa solamente en pensamientos, lo que yo siento, lo que yo creo ¡Incluso en países hemos llegado a que la gente se sienta un animal! Usted ha visto el caso de un hombre de cincuenta-y-tantos años que hace un tiempo atrás dijo que se creía una niña de seis años. Entonces al final vamos a comenzar a aprobar ideas de las personas, más que cosas ideológicamente comprobables ¡La biblia es la palabra de Dios y dice que Dios creó un hombre y una mujer y eso es científicamente comprobable! Usted puede ver, la ciencia dice que un hombre, una mujer, XX, XY”.

La periodista de Mega no se rindió y siguió buscando más definiciones de “ideología de género” encontrando distintas variantes de respuesta o conceptos de respuesta del restos de los manifestantes muy instruidos sobre qué protestaban. De esta forma llegó a la siguiente señora:

¿Por qué ve su derecho coartado? 

Eeh… porque no corresponde lo que el gobierno quiere hacer.

Pero ¿Por qué? Deme sus argumentos… ¿Qué es lo que quiere hacer?

Claro porque nos están imponiendo todo po.

¿Imponiendo qué cosa? Deme hechos concretos.
Con los baños, con los colegios mixtos que no corresponde.

Pero si los colegios ya son mixtos. O sea está contra de los baños mixtos ¿algo más?

Eeh… eso…y la eh.. la eh.. y la y… y la ideología de género.

Usted cree que la identidad de género es una ideología…

Sí.

Defíname por favor que es la ideología de género…

Eeeh…

Pero señora usted está protestando acá, debiera tener mayor argumento ¿Puede definir ideología de género o no? ¿Por qué está parada acá con este cartel? Defíname ideología de género.

¡Por mis hijos po, por mis hijos! Lo que dice acá…

Defíname ideología de género ¿Alguien aquí sabe lo que es la ideología de género? 

Sí…

Otro momento que llamó la atención fue cuando un joven fue agredido por estos académicos de la argumentación por ir en su bicicleta con canasto lo cual probaría que él estaba poseído la usar una bicicleta que para los manifestantes solo la pueden usar mujeres. Pero no solo fue eso lo extraño, sino que la intervención que sigue en el mismo vídeo cuando una señora da a conocer, en vivo y directo para toda la OCDE, ONU, OTAN que en Canadá “se está aprobando la zoofilia y la pedofilia”. ¡QUÉ HAS HECHO JUSTIN TRUDEAU!

Pero el drama no solo queda ahí con las atrocidades de la dictadura gay que ha instaurado Justin Trudeau en la revoltosa y poco desarrollada Canadá, sino que también cuando un padre, a favor del bus, se enteró en plena Alameda que una persona SE ACOSTABA CON SU HIJO.

Por su parte, y a través de Twitter, el senador de la UDI, Iván Moreira, quien en reiteradas ocasiones ha defendido el legado de Augusto Pinochet celebrando incluso todos sus cumpleaños tras su muerte en 2006, manifestó su preocupación por la “dictadura gay” y lo “totalitario” que eran algunas organizaciones.

La Universidad de Chile también se manifestó en contra del bus, pero de una forma simbólica y sin protestas concretas. Ante el odio generado con argumentos y discusiones sacados de la peor teleserie existente –y que lamentablemente sobrepasa la ficción- la Universidad decidió izar la bandera gay recientemente pisada por el Pastor Soto para demostrar apoyo y consecuencia con la comunidad LGTBIQ+

Pero lo que nos deja con un sabor amargo, y vergüenza profunda, es escuchar a la madre de un niño transgénero, Karina Lara, que después de luchar por la aceptación de su hijo completamente invisible para la sociedad, debe aceptar que un camión circule con un discurso de odio que ataca de forma personal a miles de niños en Chile y el mundo. Sus palabras son más fuertes que cualquier pelea y argumentos de personas básicas que se muestran a favor del bus alegando que se intenta proteger a los niños de la dictadura gay cuando se les está segregando e impidiendo conocer la realidad transgénero.

Mira sus descargos acá.

Marcela Aranda, encargada principal de que el llamado bus de la libertad circulara por la Alameda el día de hoy, se mostró satisfecha con los resultados de la jornada marcada por la violencia y padres de niños trans que miraban con horror cómo se denigraba de forma pública a sus hijos.

“Creemos que se han cumplido todos los objetivos que tenía el bus que era visibilizar algo que estaba siendo legislado en cuatro paredes” manifestó ante los medios de comunicación mostrándose satisfecha de sus dichos completamente fuera de lugar.

“Hoy día hemos dado una muestra a la ciudadanía de no discriminación arbitraria, no hemos incitado al odio, muy por el contrario”, agregó.

Bitch, really?

Tampoco podemos dejar fuera de esta compilación el horrible, injusto y vejatorio trato recibido por Rolando Jiménez quien junto a la gente del Movilh impulsó la iniciativa de echar a andar un bus de la diversidad que siguiera al otro y no lo dejaron. Algunos echaron la talla con que sería divertido verlos pelear como si fueran Transformers.

Independiente de lo bueno de ese chiste, agresiones como las que recibió una persona que lleva décadas de activismo es francamente vergonzoso e indignante.

Acá otra fina muestra del elevado nivel de debate que se dio en la calle, cuando una joven fuera de sí le decía a otra que cosas como la entrega del libro 100 preguntas sobre sexualidad adolescente buscaba que en los colegios a los niños “se les enseñe a echarse el semen en la cara”.

Este lunes nos ha demostrado cómo en pleno siglo XXI las demostraciones explícitas de transfobia se hacen presente en una sociedad aparentemente democrática. Quienes lo apoyan se respaldan en la libertad de expresión para manifestar su descontento usando a los niños como pantalla para escupir su intolerancia.

Ningún discurso que segregue o discrimine a un grupo de personas que debe atravesar un proceso de auto aceptación tan grande como el ser transgénero en un país que ignora sus necesidades básicas debe tolerarse.