De a poco la inocencia que tienen los niños de hoy en dia se ha ido perdiendo, los infantes absorben todo lo que ven en la tele, revistas, diarios, quieren ser cada vez mas adultos y se saltan la etapa mas linda y desconocida del crecimiento como humanos.
Cuando vi los trabajos de Ikumi (Saitama, Japón) me sentí muy identificada con varios retratos, ya saben, cuando uno tiene como 7-8 años pasa por una etapa de deformidad increíble, luego saltamos a la pubertad y es ahí cuando se define quienes somos, aunque hay gente que nunca se define y se queda así, pa siempre. Cada obra esconde la inocencia que todos tuvimos alguna vez, y a la vez nos muestra niños y niñas tales como son, en su aspecto natural, con su pizca que maldad y la estética de cuando una es shica, cejona y bigotua, taimada y deforme, pero aún asi, inocente y mas aún, infante.