Recopilamos una serie de estudios que aseguran que las nuevas generaciones prefieren “otro capítulo más” antes que “otro revolcón más”.
De todos los escenarios posibles para nuestra futura sociedad, una que ya no conecta de la misma manera como lo hicieron nuestro padres, uno sin sexo sería uno de los peores. Y es una realidad tan certera que los investigadores (sí, hay estudios sobre el tema) estiman que para el año 2030 simplemente dejaremos de tener relaciones sexuales.
Los factores que influyen en la postergación de nuestra vida sexual o no la disfrutemos en su totalidad serían:
- El hacinamiento en viviendas cada vez más pequeñas, con la vecina pendiente de cada orgasmo y gemido que das.
- Los que tienen hijos o menores a su cargo y estar cansadxs al final del día.
- Tener un trabajo demandante y abusivo que nos deje sin ganas de hacer nada, sobre todo después de trayectos largos en el transporte público.
- No tener una pareja estable y considerar la masturbación como una forma de sexualidad saludable y completamente válida (cosa que lo es).
Si a la postergación de nuestra interacción sexual en pareja producto de todos estos factores, que solo son la punta del iceberg, le sumamos otro punto importante como la adicción a las series las expectativas se tornan apocalípticas.
Un nuevo estudio conducido por investigadores de los departamentos de sicología de la Universidad de San Diego, la Universidad Florida Atlantic y del Centro de Sexualidad Humana de la Universidad Widener sacó una triste conclusión de la data que ha sido recolectada desde 1930: hasta esta década, los seres humanos nunca habíamos tenido tan poco sexo. En los años noventa, la gente tenía un promedio de 67 relaciones sexuales al año, algo así como 5 veces al mes. Pero, ahora, la actividad sexual de los millennials y la Generación Z es mucho menor a ese número.
En la era Tinder, Grindr y de cuanta aplicación para tener sexo casual, además de las decenas de métodos anticonceptivos y de protección contra las ETS, los jóvenes entre 18 y 28 años tienen un promedio de tres relaciones sexuales al mes.
Esa correlación Netflix y sexo viene de otro estudio realizado por el doctor David Spiegelhalter de la Universidad de Cambridge, donde, a través de estadísticas, asegura que los jóvenes al tener una plataforma con contenido altamente adictivo como Netflix disponible a toda hora postergan su sexualidad, privilegiando este tipo de placer ante cualquier otro.
Antes, la televisión terminaba sus transmisiones en una hora puntual, pero en estos días es común mentirse con la idea de “un capítulo más” y seguir desvelándonos para saber que otro error va cometer Piper Chapman en Orange is The New Black o esperar que Clay de una vez por todas termine de escuchar los cassettes en 13 Reasons Why.
Es tanto nuestro amor por Netflix que la plataforma entregó los hábitos de consumo al diario The New York Times, en 2016, concluyendo que la gente ve en promedio una temporada de su serie favorita a la semana, dedicándole dos horas a Netflix al día.
Otro factor importante es que nos encontramos con una generación que rechaza el matrimonio como vía para llegar a la felicidad y la pareja única ya no es una prioridad. El hecho de tener una tecnología tan invasiva como la que tenemos hoy y que el mismo estudio expuso, provocó que un tercio de los italianos entrevistados reconociera haber contestado una llamada telefónica mientras estaba en el acto sexual.
Quizás el mito de que la gente que no tiene tele tiene más hijos es cierto, y probablemente, el mejor afrodisíaco, más que las sales de baño o el caldillo de congrio, sea simplemente, no tener nada que hacer.