Una mala experiencia con la melatonina nos llevó a indagar más sobre los potenciales riesgos que implica el tratamiento con fármacos de venta liberada.

Odio la palabra millennial. La verdad es que detesto cualquier tipo de término donde se asuman características de cierto grupo de personas tan solo por su rango etario. Parte de la odiosidad viene desde la culpa: muchos de estos prejuicios y caricaturizaciones sobre los veinteañeros son reales, por mucho que cueste reconocerlo.

Nuestra generación, que comenzó a trabajar luego de la crisis subprime, vive con ansiedad tras descubrir que sus expectativas e intenciones son poco probables de cumplir en comparación al mundo de fantasía que se nos presentó durante los años 90.

Pude comprobarlo cuando entré a la universidad, notando que al igual que yo, la mayoría de mis compañeros sufrió una crisis de pánico alguna vez en su vida, además de diversos trastornos de sueño que persisten hasta el punto de normalizarlo y recurrir a diferentes tácticas para sobrellevarlo, incluyendo la automedicación.

Las advertencias que nos han hecho sobre ciertos ansiolíticos -específicamente el ravotril- transforman las opciones consideradas “naturales” como la mejor alternativa a la hora de recurrir a la psiquiatría responsable para poder dormir mejor. La melatonina está considerada como un buen recurso dentro de esta categoría.

Después de todo, el fármaco es barato, no piden receta y te la recomiendan personas como mi abuela que llegó con dos cajas: una para mí y otra para mi hermana, también víctima de insomnio (aunque su causa tiene que ver más con el trasnoche viendo Netflix que por motivos relacionados al estrés)

Un mes después de iniciado el “tratamiento”, noté cómo mi cabeza se sentía pesada. Recordé el capítulo de un programa de curiosidades donde un hombre vivió con un clavo incrustado en su cráneo durante 20 años sin darse cuenta. Sentía una sensación similar, además de nauseas y dolores de cabeza poco comunes en mí.

Abandoné inmediatamente la melatonina, volviendo al insomnio y la falta de energía durante el día.

¿Pero por qué me pasó esto? ¿Qué es lo que he hecho?


¿Qué es REALMENTE la melatonina?

En palabras simplificadas, la melatonina es una hormona producida por el cuerpo a nivel cerebral encargada de regular el sueño vigil.

Las personas con problemas para dormir recurren a esta hormona sintetizada en forma de fármaco en lugar de investigar las principales causas primarias que provocan su insomnio, como depresión, estrés y otras complicaciones que reitero, son muy  millennials.

Al ser una hormona liberada naturalmente por tu cuerpo, el hecho de consumirla de forma externa puede provocar complicaciones, como sucede con todos los fármacos. Incluso los de venta libre.

“Lo que hace la melatonina es avisarle al resto del cuerpo que ya está oscuro y distinguir el invierno del verano. En invierno la concentración es mucho más alta porque hay menos luz. Al mismo tiempo la misma melatonina actúa en el núcleo supraquiasmático modulando su propia producción” nos cuenta Felipe Valdés, magister en neurociencia experimental y clínica.

Melatonina – Ciclo del sueño

La producción de melatonina en el cuerpo es resultado de un procesamiento complejo que hace nuestro cerebro. Tomar melatonina de forma desordenada puede desincronizar tu reloj biológico, todo lo contrario al efecto que se busca cuando acudimos a una farmacia.

“El consumir una hormona tan especial que se libera en condiciones especiales puede alterar el mecanismo que debiese estar regulado naturalmente. No es necesario tomar melatonina. Su mala administración puede producir efectos sobre el sueño y en otros sistemas” dijo Valdés.

“La gente cree que porque es natural es inherentemente bueno. Todo lo que agregues a tu cuerpo genera un impacto y agregar algo cuando no lo necesitas te puede desincronizar”

Los efectos adversos de la melatonina parten por:

  • Somnolencia diurna
  • Dolores de cabeza
  • Mareos

Y pueden llegar a variar hasta molestias estomacales, sentimientos de ansiedad y depresión además de irritabilidad.


 ¿Por qué la melatonina actúa diferente en algunas personas?

Cuando le comenté mi (mala) experiencia con melatonina a algunos amigos, pude ver la manifestación de sus opiniones en el acto: mientras algunos compartían su opinión respecto a la situación, otros me llamaron exagerado y dejaron de hablar conmigo para siempre (mentira, pero para ellos la melatonina funcionó de maravilla).

Lo que pasa es que existe una predisposición biológica a que sus efectos sean adversos, además de confiar en un fármaco que no necesita receta sin antes acudir a un especialista claramente trae consecuencias.

Antes de pedir una hora en un centro de salud específico, gastar dinero en una consulta y finalmente comprar un fármaco prescrito, lo típico es ahorrarse la molestia y acudir a una farmacia natural para comprar este tipo de inductor del sueño. Estas acciones finalmente llevan a una cultura irresponsable que no arregla el problema de raíz y puede ser perjudicial para tu salud.

La automedicación en Chile se perfila como un problema. El 15% de todos los fármacos en el mercado son de venta liberada y son la causa del 58% de las intoxicaciones en el país según el Centro de Estudios de Medicina de la Universidad Católica.

“Hay medicamentos de venta libre que son sumamente tóxicos como el paracetamol. Que un fármaco no necesite receta no significa que no pueda presentar efectos secundarios y es algo que debemos aprender culturalmente” señala la psiquiatra Loreto Neves.

“Cada persona tiene una predisposición bioquímica diferente para cada fármaco. Por eso, en una consulta se pregunta a los pacientes sobre su background familiar para saber cómo una persona responde a cierto medicamento y no tener que estar experimentando con varios” agrega.

Melatonina

Las personas también acuden a la melatonina sin tener la intención de cambiar sus hábitos, y agregar una hormona que produce el cuerpo de forma compleja y natural claramente no es recomendable si no puedes abandonar el café durante el día ni las energéticas el fin de semana.  El mate, té verde y los quemadores de grasa también son inhibidores del sueño importantes.

Los malos hábitos y confiar en la medicación de venta liberada sin recomendación profesional, se perfila como la combinación perfecta para agregar más problemas a  la ya pésima situación que significa no poder dormir.


Buscando la causa primaria

Tenemos claro entonces, que consumir un fármaco que entrega lo que tu cuerpo produce naturalmente sin recomendación médica puede transformar el problema en uno aún mayor. Además, las principales causas de insomnio pocas veces tienen que ver con la deficiencia de melatonina en tu cuerpo y responden a causas primarias que deben ser consideradas para arreglar el problema de raíz.

Después de todo, 7 de cada 10 estudiantes universitarios en Chile sufre de insomnio según consta la última investigación realizada por la Revista Médica de Chile y publicada este mes por La Tercera. No hacerse cargo de la situación llevará a inevitablemente, a un empeoramiento de la situación causada por diversos factores que van desde los malos hábitos alimenticios a causas biológicas.

“Los efectos de la melatonina a la larga producen problemas porque le estás entregando a tu cuerpo algo que debería producir naturalmente. Finalmente, acostumbras a que tu organismo funcione en torno a un fármaco generando inconvenientes a nivel emocional que las personas no saben afrontar correctamente” sostiene la psicóloga Natalia Vargas del Hospital vida infanto Juvenil.

La mejor forma de terminar con el insomnio es ir a terapia, pero esto según la especialista, no es una decisión fácil de tomar.

“Ir a terapia es hacer frente a cosas que la gente no quiere escuchar. Los adultos toman como un signo de debilidad mostrarse cansados frente a sus jefes y los adolescentes y jóvenes tampoco dejarán de ir de fiesta para privilegiar su sueño” afirma.

Finalmente, no se puede esperar milagros de una pastilla. Sea o no de venta liberada y con pocas posibilidades de tener efectos adversos. Hacer ejercicio de moderada intensidad -como irse en bicicleta al trabajo o universidad- además de tener una alimentación balanceada será a largo plazo la mejor opción para dormir mejor con hábitos que se mantendrán a largo plazo. Tampoco es bueno dejarse llevar por los conocimientos farmacéuticos de nuestras abuelas, como ocurrió en mi caso.