Acompañamos a Pola Mora, directora de Archdaily en español, a analizar el impacto que tendrá en la vida de sus habitantes y en el barrio la construcción del polémico proyecto de la inmobiliaria “Su Ksa”.

En Estación Central, la inmobiliaria “Su Ksa” se construyó un conjunto de edificios que el Intendente Claudio Orrego, calificó como “gueto vertical” por su numerosa concentración de departamentos, con reducidos espacios, construcción de dudosa calidad, e inexistentes áreas verdes.

Conversamos con Pola Mora, arquitecta y directora de contenidos de ArchDaily en españolsobre este tipo de construcciones en Santiago:

¿Qué cosas te llaman atención del proyecto?

Me interesa el debate que se está generando en torno al tema y el interés que la ciudadanía está tomando por las ciudades. Si bien el desastre ya está hecho, es gracias a situaciones graves como esta, que se puede toma conciencia de la importancia de nuestro entorno construido y cómo este afecta directamente nuestras vidas. Basta ver desastres anteriores, como el Mall de Castro, o la deficiencia constructiva de edificios que no aguantaron el terremoto del 2010

¿Cómo nacen este tipo de construcciones y cómo se permiten los permisos de estos edificios?

Las comunas poseen Planes Reguladores, que son la principal herramienta con la que cuenta la comunidad para controlar la altura de las construcciones y proteger la calidad de vida de las personas y sus barrios. Es responsabilidad de los alcaldes de cada comuna mantener actualizado su Plan Regulador Comunal de acuerdo a las necesidades que van surgiendo a lo largo del tiempo. En el caso de Estación Central, el PRC no ha tenido cambios mayores desde 1930, respondiendo a una realidad urbana completamente distinta a la actual.

¿Cuáles son las consecuencias de estas construcciones en una ciudad como Santiago?

Existen 2 niveles de consecuencias. Uno que responde al propio ecosistema interno que genera este tipo de edificaciones, que albergan más de 500 viviendas: ruido, falta de privacidad, hacinamiento, poca luz, filas para subir por los ascensores e inexistencia de lugares que propicien la convivencia.

En segundo lugar, los edificios impactan negativamente el contexto urbano en el que se implantan. Si piensan que hay 30 edificios en diez cuadras, esto son 40 mil nuevos vecinos y tres mil autos más recorriendo sus calles. Esto provoca una completa saturación del espacio urbano (calles y veredas) y un posible colapso de algunos servicios, como el metro, por ejemplo.

¿Cómo es la vida de las personas que viven en estos lugares?

La gran mayoría son inmigrantes pertenecientes a los sectores socioeconómicos c3 y d, que ven en esta comuna una posibilidad de tener acceso a servicios urbanos de interés que pueden aumentar sus oportunidades laborales. Muchos de estos departamentos han sido comprados para arrendar, lo que propicia un bajo arraigo y compromiso de los nuevos habitantes, quienes ni siquiera tienen espacios comunes, donde puedan encontrarse para generar nuevas redes sociales. De esta forma, no existe un apego al barrio lo que conduce a una degradación del sector.

Al denominarlos “guettos” verticales, se les da una connotación negativa, ya que por guettos entendemos los lugares habitados por los marginados.