Orson Welles, Da Vinci, Picasso o Kanye West. Independiente de la disciplina donde se hayan desempeñado estos artistas, todos pasarán a la historia como genios, o al mismo tiempo como grandiosos ladrones.

Los grandes artistas copian, los genios roban” es probablemente la cita más repetida de Picasso, pero una que pocas veces es entendida en su magnitud.

Esto, porque si bien calificamos muchas veces de mediocre a un artista por recordarnos el trabajo de otros, en el caso opuesto, nos deshacemos en elogios para alabar a quienes son capaces de transformas obras ajenas y corrientes, en material único y propio. ¿Cuál es la conclusión de la cita de Picasso entonces? Pues que un muy buen artista es capaz de dotar de estilo propio, en reinventar las formas, descontextualizar procesos y más. Cuando eres capaz de hacer eso, es que tu arte logrará ser trascendente.

A partir de esto, se forma un debate interesante cuando lo extrapolamos al diseño, pues mientras uno los plantea (arte), el diseño los resuelve.

Es así como gracias una publicación lanzada en 1989, y redes sociales, el debate acerca de la originalidad del diseño gráfico occidental se convirtió en trending topic.

Resulta que Spencer Cheng el vicepresidente de marketing de Alibaba, el famoso clon chino de Amazon, lanzó un tweet que rápidamente se viralizó y en el que cuestionaba la autenticidad de los logos de compañías americanas sumamente famosas.

Trade Marks & Symbols: Alphabetical Designs era la fuente para tremendo tweet, y se trata de un libro escrito por Yasaburo Kuwayama en la que encontraremos una recopilación de diseños coleccionados a través de la historia de la publicidad en un formato de abecedario. El libro es una maravilla no solo por la gran cantidad de diseños que nos muestra, sino porque nos permitirá entender lo desafiante que resuelta ser un comunicador visual hoy en día.

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Revisar el libro de Kuwayama nos mostrará que Apple, AudioScrobbler, Bluetooth (El consorcio), Google, Audi, Motorola, y en realidad casi nadie es tan original como lo creías, algo que resulta particularmente liberador viniendo del empleado de una compañía china y entendiendo que hoy en día gran parte de las startups asiáticas son menospreciadas por los occidentales por ser considerados copiones, plagiadores o poco originales.

Las citas y referencias, todos las conocemos, pero al final del día nos damos cuenta que ambos “bandos” tienen trapos sucios y lo único que nos queda es cuestionarnos tal como preguntan en Creators Project: ¿Dónde quedan las fronteras entre el plagio y el homenaje?…o es que acaso todos somos una tropa de copiones.