Aunque por Ley del Quechua es la segunda lengua oficial del Perú, con la colonización y ahora con la globalización, al igual que otras 500 lenguas originarias está peligrando. Sin embargo, hay una lucha en el pueblo peruano que resiste por mantener viva esta legendaria herencia Inca. 

El mismo revuelo que causó Francisca Linconao hablando mapudungún en la Convención, lo reprodujo un político en la capital peruana cuando, Guido Bellido, presidente de El Congreso peruano, usó en público la “lengua que le enseñó su madre”, consiga El País. 

Congresistas de oposición, líderes de opinión y personajes de la farándula cuestionaron al primer ministro por usar el quechua como una forma de provocación, insistiendo que se podría interpretar también como una señal de división en el pueblo peruano.

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Sin embargo, él alegó que para nada, su intención, por el contrario, fue representar y homenajear “a muchos peruanos que han muerto sin entender una palabra de lo que se decía aquí”. 

El lingüista Luis Andrade Ciudad cuenta que el quechua, como las otras 47 lenguas originarias en Perú, ha sido relegado sólo a la comunicación cotidiana e íntima, y  se ha excluido de los espacios públicos. ”Imaginamos una relación fija entre los idiomas y sus ámbitos de uso habitual: por eso genera desconcierto escuchar el quechua en la apertura de un discurso en el Congreso”, quien además agrega que actualmente hay un proyecto de Ley que busca oficializar un sistema de traducción e interpretación simultánea en este tipo de cosas oficiales. 

Sería muy provechoso para construir un aparato estatal sensible al carácter intercultural del país”, contó el profesor de la Universidad Católica del Perú.

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La reconocida periodista y escritora Sonaly Tuesta -quien hace un par de décadas recorre el país documentando las costumbres y rituales fuera de la capital- agregó que casi cuatro millones de personas, es decir, el 14% de la población hablan quechua en el país vecino. “Estamos en otro escenario: no solo el Congreso, sino los medios de comunicación deberían estar preparados cada vez que una persona habla en quechua; una intérprete se convierte en representante de las personas que están escuchando, y no es una ofensa (usar el idioma)”, comentó Tuesta al medio. 

Y al mismo tiempo destaca que “hay un buen grupo de jóvenes que tienen mayor conciencia”, como Solischa, una campesina y antropóloga que se inspiró en un joven músico difusor del quechua en las redes -fallecido en 2018- para promover su cultura y su lengua materna en redes sociales.