Ni Dios se salvó de la hostilidad colectiva que ha desatado Trump.
El medio The Indy Star conversó con la rabina Kelsey Hutto, sacerdotisa a cargo de la Iglesia Episcopal de San David en Indiana, que fue atacada por manifestantes que llenaron de graffitis las fachadas del lugar con mensajes subliminales fomentando el odio y la intolerancia en el mundo. Los mensajes también mencionaban a Trump.
“Debemos estar haciendo algo bien” dijo Hutto. “Fuimos atacados por una razón, y en nuestra mente fue por una buena” afirmó. Su postura ante esta situación es la misma de la Iglesia que la respalda: “hay que responder a los actos de odio con amor y alegría. Eso es lo que dios les pide que hagan, sin importar de qué color sean las personas, de dónde vienen o de quiénes se enamoran”.
¿Por qué no tenemos este tipo de cristianismo elevado en nuestro país? ¿Qué pasa con el movimiento Episcopal en Chile? ¿el miedo es más fuerte que el odio? Para entenderlo, la prioridad no es dios, sino que la poca tolerancia sobre los temas LGBT y la falta de empatía con el prójimo.
Partamos de la base del problema que tiene a la mayor parte de los seres humanos viviendo con un miedo que va más allá de Trump: nadie respeta las diferencias de cada individuo que gasta oxígeno en este mundo. ¿Ego? ¿Aburrimiento social? ¿No escuchamos lo que dice el resto? ¿Incultura sin sentimientos? Hasta el momento, nadie ha podido encontrar una respuesta clave sobre los más de 200 incidentes de hostigamiento o incitación al odio hacia la comunidad LGBT que han ocurrido desde el día de las elecciones en Estados Unidos.
El vandalismo se hace cada vez más preocupante, y el llamado es hostigar a toda la comunidad LGBT “hasta que se suiciden”. ¿QUÉ ES ESTO? Cuestionarse insistentemente en qué siglo estamos viviendo, sobre todo en nuestro país, que se destaca por su variada flora y fauna de gente que aún es criada por la televisión manejada por productores que siguen fomentando la era noventera. Al crear una sociedad machista, donde se nos enseña a ser cada día más homofóbicos para no respetar las diferencias del resto, ¿tendrá Kike Morandé y sus símiles la culpa de todo?
Estas imágenes son sólo una parte de un fenómeno social en el que nos estamos dividiendo con nuestro entorno. Por ejemplo, en Irlanda un estudio lanzando este año afirma que 1 de cada 3 personas LGBT entre los 14 y 18 años, ha tratado de suicidarse. ¿En qué parte nos perdimos todos y el odio se puso de moda? El bullying y las redes sociales tomaron tanto arrastre que estos números son tremendamente preocupantes al no tener control de lo que decimos y hacemos, donde no importan las consecuencias que estas acciones puedan tener, como la muerte.
Buscar al responsable de estos actos no es prioridad. Sólo hay que hacer un llamado de atención en torno a la educación y tener un criterio formado para llegar a ser mejor persona. Nadie es perfecto, pero sí podemos respetar a la persona que tenemos al lado (hasta en el Metro), vamos a estar mucho mejor. Cambiar el mundo no significa ordenar tu pieza justo antes de Año Nuevo o apoyar causas sociales con likes en redes sociales. Cambiar el mundo depende de un cambio radical que ¡tiene que partir por nosotros!
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