Siempre es una hermosa sorpresa abrir Netflix y encontrarte con tus luchadoras favoritas tienen una nueva temporada. Si hasta los hombres hetero ahora les gusta.

Para los que están entrando recién en el radar de esta serie, hace un año ya te contamos de que se trataba. Ahora, un resumen: GLOW retrata la vida de un grupo de mujeres, quienes consiguen trabajo en una serie de lucha libre en un canal local de California y que deben hacer todo lo posible para que su programa sea exitoso. Los típicos roces entre ellas, los egos masculinos de su director y productor y la ansiedad de poder quedar sin trabajo mueven el show completo, el ficcional y el real.

La primera temporada era mucho más difícil entender que GLOW es una serie dentro de otra, una metaserie, porque estaba más enfocada en la historia de amor, odio y traiciones de Ruth (Alison Brie) y Debbie (Betty Gilpin). Porque, en concreto, GLOW es el detrás de cámara (en el camerino y en la sala de dirección), literalmente, de como los lentes captan las peleas coreografiadas de sus personajes, y también, de las historias que existen de las mujeres que interpretan esos roles, sus sacrificios y luchas.

Aunque Brie es una excelente protagonista para esta historia, un desastre de persona que por fin consigue el papel de sus sueños, también era hora de darle espacio a las otras chicas para que mostraran todo el potencial en escena. Tammé (Kia Stevens), alias “The Welfare Queen”, es la madre abnegada, esa que trabajó en varias partes para criar a sus hijos y hacerlos personas exitosas, tanto que uno entró a Stanford. Este hijo, becado y todo, no tiene idea por los trabajos que pasó su mamá para conseguirle el lugar que tiene, y que la vergüenza que ella siente por tener que ganarse la vida en lugares o posiciones que son hasta humillantes. Y Stevens, quien además es luchadora profesional desde 2002, además de mostrar sus habilidades, personifica los dolores de la madre que lo da todo por su familia, inclusive si eso significa tomar el papel de alguien que va en contra de tus valores.

Debbie (Betty Gilpin) ahora es productora del show y tiene que soportar las estupideces masculinas de Sam (Marc Maron) y Bash (Chris Lowell).

En el intentarlo tanto, después de pasar por varias decepciones, las chicas de GLOW consiguen un acuerdo de grabar una primera temporada de 20 capítulos con la siguiente estructura: todas las semanas se enfrentarán los bandos rivales (estadounidenses versus los enemigos históricos del país) que se quitarán la corona mutuamente, hasta llegar a la última inevitable pelea entre “Liberty Bell” y “Zoya”, es decir, Debbie y Ruth. Este formato se va al carajo luego, cuando los raitings decaen brutalmente y en en el clímax de la temporada, durante la batalla entre ambas rivales, Ruth sale herida.

Estas mujeres ya son una familia y no van a dejar que una de las suyas quede a la deriva, y esta baja temporal de Ruth permite explotar todo ese lado creativo que tiene, y que siempre está opacado por el ego de director de Sam (Marc Maron) y lo blando de Bash (Chris Lowell), que le sigue todo le que dice al primero y a la cadena de televisión. En lo que es quizá uno de los mejores capítulos de cualquier serie de este 2018, el show toma la ruta de la metaserie y mostrarnos un capítulo como si realmente lo estuviéramos viendo en nuestra pantallas curvas de los 80, con esos colores opacos, ruido constante, infomerciales rídiculos y una estructura muy diferente a las de su inicio. El accidente de Ruth la pone al centro de la historia y deja brillar los dotes de comediante de Alison Brie que la consolidaron, tal como los mostró en Community y lo sigue haciendo en BoJack Horseman. No sé ustedes, pero ese episodio de verdad se quedó guardado en mi corazón, quizá hasta cuánto tiempo más.

Toda la temporada nos deja queriendo ver más y más, como estas mujeres que empezaron siendo solo compañeras de trabajo crean una red de apoyo, una familia, que se soporta en las malas y se apoya en las buenas, que es infinitamente creativa y que no le tiene miedo a pararse en contra de cualquier mierda que el sistema les tire encima, inclusive si eso significa que te echen del trabajo que te da el sustento para vivir. Quizá no sean las personas perfectas, porque ni tú ni yo lo somos, pero son unas profesionales en lo que hacen. Las amo mucho, chiquillas, así que es hora de cruzar los dedos para que Netflix ordene una tercera temporada.

La segunda temporada de GLOW está disponible en Netflix.