Con el levantamiento de las restricciones sanitarias, el covid-19 pareciera estar llegando a su fin. Sin embargo, al mismo tiempo que creemos ver la luz al final del túnel estamos enfrentando otra pandemia: “Esta es sin duda una de las peores crisis de salud mental que hemos visto en la historia de la humanidad”, asegura la psicóloga Alejandra Rossi.

Según cifras de El País, desde junio del 2020 a agosto de 2021 los niveles de ansiedad en los países latinoamericanos se disparaban al mismo tiempo que subían los casos de covid-19. El impacto de la pandemia en la salud mental también ha sido considerable en niños, niñas y adolescentes (NNA): alrededor de 16 millones de ellos conviven con algún tipo de trastorno mental en la actualidad en países de América Latina y el Caribe.

Aunque el ser humano está acostumbrado a enfrentar la incertidumbre a lo largo de su vida, la pandemia elevó esa angustia a niveles mucho más altos, sobrepasando nuestros límites: “Es como si las personas tuviéramos un termómetro de incertidumbres. Uno puede lidiar con lo incierto hasta cierto punto, y lo que esta pandemia trajo fueron grandes montos de incerteza, y por mucho tiempo”, explica la directora Magíster en Neurociencia Social de la Facultad de Psicología UDP, Alejandra Rossi.

La juventud latina está deprimida y todo empeoró con la pandemia 😥

Ante la pérdida del control, lo incierto se vuelve agobiante y ahí es donde comienza a afectar directamente nuestra salud mental. Por lo mismo, expresa la experta, es que en esta época los trastornos ansiosos son los que más se han manifestado como “respuesta al estrés” que generan los cambios repentinos.

Una de las manifestaciones más comunes del estrés de estos tiempos, declara Rossi, es la “dificultad de tomar decisiones”. Por lo mismo, para afrontar esta realidad incierta es necesario “tener calma”. ¿Cómo se puede mantener la tranquilidad en esta situación extrema? La experta señala que la clave está en ponerse metas a corto plazo. 

Por simple y obvio que suene, “vivir el día a día” es una de las mejores formas de afrontar la nueva normalidad. “Si simplificamos la vida en la mayor medida posible, hacemos más llevaderos los procesos de adaptación”, aclara la psicóloga.

¿De qué forma podemos simplificar nuestra forma de vivir entonces? Una opción, agrega Alejandra, es “ser más amables con uno mismo”. Además, el entender que el resto también está pasando por lo mismo también contribuye a sentirse menos solo y por lo tanto, afrontar el mundo post-pandemia de la mano de una red de apoyo que te brinde contención. Básicamente, este es el momento para poner en práctica el carpe diem junto a tu círculo más cercano y así darle cara a la que hasta ahora es la nueva normalidad.