Un psiquiatra y una sexóloga me aportaron interesantes tips para entender la mente de un sexópata, adicto al sexo, hipersexuado, o simplemente, una persona súper caliente.

sexo

Todos tenemos un amigo que nunca tiene plata y se las arregla para terminar más borracho que cualquiera en la fiesta. Varias veces hemos convivido con esa amiga que de alguna forma u otra se involucra en relaciones conflictivas pese a las miles de advertencias que le hemos hecho hasta el cansancio. También está el tipo que no puede vivir sin marihuana, la que eligió estudiar arte, el que nunca pudo terminar su carrera, el que no toma, y un largo etcétera de patrones que se repiten en varios grupos de amistades de manera transversal.

Inevitablemente dentro de este juego de clasificaciones, llegaremos al caliente empedernido. Ese o esa que es incurable. Sus historias simplemente son parte de su esencia e impresionan a quienes no lo conocen del todo pero a nosotros no nos inmuta y hemos deseado tener una vida sexual igual de libre en varios momentos.

Tengo un amigo profesional en el tema y cada fin de semana nos cuenta lo que hizo durante la semana  y sus historias van desde:

  • Follar en un baño químico de Lollapalooza
  • En una fonda de Rancagua
  • En el baño del Alto Las Condes
  • En el baño de su universidad
  • Técnicamente en toda su universidad
  • En una carretera
  • En un auto en movimiento viajando a La Serena

Lo peor es que su apetito sexual y descontrol hormonal desenfrenado no se limita a los lugares, también existen historias que involucran: juguetes, tríos, famosos, fetiches con plumas, con esposas, vendas, al aire libre, a oscuras y para que creamos en la veracidad de sus relatos, algunas veces se ha grabado mostrando el resultado con orgullo.

Pero hace un par de semanas me contó afligido las dificultades que tiene para tener una relación monógama. Siente que está enamorado pero sus impulsos son más fuertes y termina por herir a la persona que quiere.

“Siento que el sexo me ha llevado a ser una mala persona por la decisiones que he tomado en base a mi calentura. Simplemente no me controlo, pero no soy una mala persona. A veces creo que necesito ayuda” comentó en una de las pocas conversaciones serias que hemos sostenido.

Así que fui y le busqué ayuda.

La sexóloga Carolina Carrasco del Centro Psicológico Reviva, afirma que la adicción al sexo es simplemente “un tema de control de impulsos” y cuestiona la existencia de la misma clasificándola como un problema derivado de otras patologías más serias.

“Me cuesta creer en la hipersexualidad, si bien existen personas que tienen un nivel más alto de testosterona, la adicción al sexo es más bien una fachada para justificar infidelidades. Lo que nos diferencia de los animales es poder controlar nuestros impulsos, y la adicción al sexo deriva de un mal manejo de ellos.”

“Muchas veces los síntomas de bipolaridad en su fase maniaca presentan cuadros de impulsos sexuales incontrolables y es señal de advertencia” agregó.

El psiquiatra Juan Torrealba, concuerda con esta versión. No cree en la adicción al sexo como una patología y la tilda más bien como una condición secundaria de trastornos como la bipolaridad u otras que presenten tipos de conductas desajustadas.

 “La hipersexualidad tiene que ver con la genética o los modelos a seguir que puedan tener ciertas personas. También puede responder a síntomas del trastorno de personalidad limítrofe o simplemente  a un descontrol de impulsos que puede tratarse con terapia” señaló.

Ambos profesionales comentan que el mayor riesgo en este tipo de adicción es el de contraer una enfermedad de transmisión sexual.

Pero no hay que encender las alarmas de forma  apresurada. Si el problema en tu vida sexual es la gente que te juzga y no interfiere en tus actividades cotidianas, no tiene nada de malo tener las hormonas alborotadas y aprovechar cualquier momento para tener sexo.

Quizás el comportamiento hipersexualizado de ciertos individuos sea algo completamente normal pero que no se ajusta a los cánones de nuestra sociedad. Si en un momento causó revuelo el bolocazo, hoy nos parecería aburrido. La gente con una sexualidad más libre probablemente está en un país equivocado y en una sociedad prejuiciosa.

“La gente que tiene una vida sexual más activa está menos trancada y no le importa el resto o lo que puedan decir. El problema es cuando no se toma en cuenta a la pareja, que tiene ritmos distintos o cuando no se puede trabajar de forma óptima por pensar todo el día en sexo”, agregó Torrealba.

“No tiene nada de malo tener una vida sexual activa mientras no se dañe a otras personas. No hay un costo biológico, los órganos sexuales no se desgastan”, señaló la sexóloga Carolina Carrasco.

Es entendible que existan personas con estímulos mucho más sensoriales ante lo hipersexualizada que está la sociedad. Es cosas de ver la televisión y su publicidad, donde todo se relaciona al sexo” afirmó Cristián Torrealba quien también califica nuestra sociedad como anticuada en el tema sexual.

Sacando cuentas, si sientes que tu vida sexual te está llevando demasiado lejos, quizás sea hora de acudir a un profesional para tratar tus impulsos y evitar correr ciertos riesgos como la transmisión de ETS. Y por otro lado, si crees que no tienes un amigo o una amiga que responda a los patrones libidinosos correspondientes a un adicto al sexo, probablemente, seas tú. 1313