¿Volverán a arruinar un producto internacional con sus adaptaciones culturalmente confusas y pasadas por cloro? Si el antecedente directo es Skins, hay que mantener afirmados los caballos antes de cualquier cosa.

Alguna vez, en 2011, nos sentimos emocionados porque en Estados Unidos iban a hacer un remake de Skins y podríamos así prolongar nuestra obsesión por muchas más temporadas. Lamentablemente, la nueva versión estuvo a cargo de MTV y lo arruinó todo, terminó cancelada. Ahora no sabemos realmente que sentir con esta noticia: el éxito adolescente noruego Skam será adaptado para el público norteamericano. Sí, la misma serie de la que ya te hablamos y de la cual probablemente estés obsesionado.

El remake será orquestrado por el productor Simon Fuller (American Idol) y será titulado Shame (la traducción al inglés de la palabra skam). Tendrá un nuevo equipo de actores y personajes, pero mantendrá el acercamiento íntimo de la versión original y el formato único de distribución que instauró la serie noruega del tiempo real. Todas las temporadas están enfocadas en un personaje y sus problemas, pero todas las semanas se lanzan clips online a cualquier hora del día. La idea es dar la sensación de que la persona que lo está viendo está siendo partícipe de la acción, es decir, un clip que tiene acción en una fiesta un viernes por la noche será lanzado tú viernes por la noche.

Shame también mantendrá el acercamiento al uso de redes sociales, en donde cada personaje tiene perfiles e interactúa con otros personajes a través de estas.

Actualmente, Skam fue renovada por una cuarta temporada en Noruega, informó The New York Times, mientras noticias sobre la versión subtitulada de esta misma para público internacional aún no se concretan. Ahí hay otro punto, porque en una primera instancia los productores se negaron a hacerlo. El motivo: la serie es tan profundamente centrada en la realidad específica de Noruega, que pensaban que la exportación de la misma podía traicionarse a si misma y a los posibles públicos internacionales donde se intente vender.

¿Pesaron más los dolares que la línea editorial? Al parecer, si.

Más dudas que certezas y/o alegría es lo que nos provoca la versión estadounidense de la serie. El temor es que el instinto de masividad que tanto ha hinchado la billetera de Simon Fuller, desinfle el corazón gigante con el que la original fue creada. Para la original se hizo un casting de cientos de jóvenes y se armaron los personajes y guiones en torno a ellos, y su realidad escandinava. ¿Podrá la producción gringa replicar eso o será solo un copy-paste más enfocado en atraer público ávido de historias que los identifiquen, una suerte de clickbait, o logrará estar a la altura del desafío?

Habrá que ver para saber.