Según especialistas, parte de la juventud actual está pasando por la denominada “adolescencia extendida” al no tener la opción de seguir el camino de las generaciones anteriores: salir del colegio, casarse y tener hijos. A esa incertidumbre se suman otras situaciones como el cambio climático y los efectos de la pandemia en los jóvenes.
Los adolescentes en sus últimos años de adolescencia están cansados, mientras que los jóvenes entre los 20 y 30 años tienen una sensación permanente de que las cosas están mal en sus vidas.
Ese es el fenómeno que ha visualizado la terapeuta estadounidense Satya Doyle Bock, quien luego de recibir numerosas consultas de pacientes con estos síntomas decidió plasmar todo eso en su nuevo libro Quarterlife: The Search for Self in Early Adulthood.
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“En efecto, la ansiedad, la depresión, la angustia y la desorientación incapacitantes son la norma”, apuntó la terapeuta en la introducción del libro.
Tal como otras etapas de la vida, estar en los veintitantos puede significar una crisis identitaria como salir del hogar e instalar una nueva vida, sin los padres. Sin embargo, el contexto actual de la humanidad está generando otros desafíos aún más difíciles.
Angela Neal-Barnett, académica de psicología de la Universidad Estatal de Kent y que ha estudiado la ansiedad en la juventud, dijo a The NY Times que la “crisis existencial” que acontece una vez terminada la etapa escolar, está pasando a una edad mucho más temprana que antes.
“Nos hemos visto limitados por el mito de que cuando te gradúas de la universidad comienza tu vida”, dijo la especialista. Y sin la opción de seguir el camino de las generaciones anteriores, que era salir del colegio, casarse y tener hijos, parte de la juventud actual está viviendo en un estado de “adolescencia extendida”.
De acuerdo a una encuesta de Credit Karma, sitio estadounidense de finanzas personales, casi un tercio de los jóvenes de la generación Z continúan viviendo con sus padres y creen que seguirán viviendo allí por un tiempo.
El motivo de esa estadía en el nido parental es uno solo: las preocupaciones por el dinero. En breve, los jóvenes de ese sondeo admitieron sentirse agobiados por las deudas estudiantiles y el alza del costo de la vida.
En algunos casos, esta ansiedad se ve aún más agudizada por otras situaciones propias de la actualidad como el cambio climático y los efectos de la pandemia. Vivir duelos de personas cercanas y no tener experiencias académicas y laborales normales, son algunas cosas que han tenido que vivir los jóvenes en esta época y que han contribuido a este malestar emocional.