Como “deficitario”, “ambivalente” e “incluso riesgoso” calificó la profesora de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago y experta en comunicación estratégica, Paula Walker, el discurso sostenido por el gobierno de Sebastián Piñera durante la pandemia de COVID-19 en Chile.

“El mensaje del gobierno pasa de lo tenemos todo controlado y somos los mejores de América Latina a vamos a perder la batalla ante el coronavirus. Mientras tanto, abren centros comerciales, llaman a las personas a salir a tomar un café y consideran un éxito que salga un 74% menos de gente de la Región Metropolitana en comparación al año pasado cuando, en el fondo, debiera haber un cerco sanitario donde no se mueva nadie”, señaló la académica.

A juicio de Paula Walker, se trata de una estrategia “poco clara, centrada en las redes sociales y con poca comunicación a la base de las personas; aquellas personas que no siguen Twitter y que necesitan una comunicación mucho más en terreno”.

“Si el objetivo final del gobierno es cuidar a todos los chilenos y chilenas, a lo largo de todo el país, para que estén en su casa, no se muevan y por lo tanto frenemos el contagio, son incomprensibles las acciones que hay de por medio. Porque si ese fuera mi objetivo final no tiene ni una lógica abrir un mall un día de prueba cuando el mismo día los nuevos contagiados se multiplican por dos. Eso muestra que la cabeza no conversa con la mano y la mano no conversa con los dedos”, agregó la experta.

La profesora se refirió, además, a las declaraciones del ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien este fin de semana habló de dar la batalla de Santiago para ganar la guerra del COVID-19.

“A mí los discursos que insinúan enemigos o guerras, en general, no me gustan. El presidente Piñera tuvo una cuña muy lamentable a los pocos días del estallido social, cuando dijo que estábamos en guerra y, por lo tanto, era una guerra interna, entre chilenos y chilenas”, señaló Walker, agregando que, “cuando los líderes invocan el lenguaje de la guerra, ponen la comunicación en un marco bélico que muestra pocas esperanzas de tener resultados positivos”.

“Cuando hablamos del coronavirus como un adversario, si es un adversario tan terrible como todo indica que es, volvemos a lo mismo: las actuaciones que está teniendo el gobierno no se condicen que un enemigo tan poderoso, ni con volver a una nueva normalidad, invitar a tomar café o reabrir los centros comerciales”, recalcó.