La ganadora más joven del Premio Nobel de la Paz es la nueva portada de la revista VOGUE. Además de una sesión de fotos aesthetic, la activista por la defensa de los Derechos Humanos habló sobre su vida hoy: se graduó de la Universidad de Oxford, su trabajo en Malala Fund y sus proyectos con Apple Tv+. 

Malala Yousafzai no necesita introducción. A sus 17 años se convirtió en la persona más joven en recibir el Premio Nobel de la Paz, en el mismo período en que escribía para la BBC sobre sus vivencias en el distrito Swat, sometido al control de los talibanes en Pakistán. Desde esa época se transformó en una incansable activista y defensora del derecho de las niñas a 12 años de estudio seguro y de calidad.

Cuando tenía 15 años fue víctima de un atentado talibán, que terminó con dos impactos de bala en su cabeza. Este podría haber sido el final para Malala, pero rendirse no estaba en sus planes. Fundó Malala Fund para asegurar el derecho a la educación de niñas y que actualmente tiene proyectos activos en ocho países. Hasta hace unos días solo conocíamos su faceta activista y lo poco que sabíamos de su vida personal lo leímos en las memorias que publicó en 2013: “Yo soy Malala”. 

Pero la revista británica VOGUE pasó tres días con ella en 2020 para conocer qué pasa en la vida de Malala actualmente: sus sueños, sus preocupaciones y sus emociones. Recientemente terminó de estudiar Política, Filosofía y Economía en la Universidad de Oxford y ahora comenzó su carrera en producción de televisión de la mano de Apple Tv+, ya que el director ejecutivo de Apple la admira. “Tiene sus objetivos clarísimos, algo que siempre me impresiona”, afirmó para la revista Tim Cook.

Durante la entrevista Malala comentó que hay veces en que no puede dormir por ansiedad, pensando en qué rumbo tomará su vida. Parecieran ser problemas comunes para alguien con el estatus de la pakistaní, pero ese era uno de los objetivos de la entrevista: mostrarla de verdad. “Nunca había estado realmente en compañía de gente de mi edad porque me estaba recuperando del incidente, y viajando por todo el mundo, publicando un libro y haciendo un documental, y estaban pasando muchas cosas”, cuenta sobre su vida hoy.

Sin embargo, no desaprovechó la oportunidad y fue enfática en defender los derechos humanos y hablar de la situación cultural sobre las niñas musulmanas. “Las niñas musulmanas, o las pastunes, o las paquistaníes, cuando seguimos nuestra vestimenta tradicional, se nos considera oprimidas, o sin voz, o que vivimos bajo el patriarcado. Quiero decirle a todo el mundo que puedes tener tu propia voz dentro de tu cultura, y que puedes tener igualdad en tu cultura”, sostuvo.

Asimismo, Malala comentó que a veces está harta de las promesas falsas de los políticos que aseguran que construirán escuelas, pero que terminan usando el dinero para bombas. Y también mostró preocupación por el uso actual de Twitter, donde destacó que, “asociamos el activismo a los tuits. Esto necesita cambiar porque Twitter es un mundo completamente diferente al real”. 

Sin duda uno de los momentos más íntimos de la entrevista es cuando afirma que ella no escogió esta vida de activista. “Mi padre siempre tomaba acción cuando sentía que las cosas no eran justas. Mi activismo empezó a tan temprana edad y fue influenciada por las cosas externas que sucedían y que no estaban bajo mi control”.

Al finalizar la entrevista, Malala habló del amor en su vida. Afirmó que la pone un poco nerviosa ver que todxs comparten sus romances en redes sociales y que su mamá quiere que se case. “Hasta segundo año de universidad pensaba que nunca me casaría ni tendría hijos, solo trabajaré”, continuó, “no había entendido que no eres la misma persona siempre y que cambias a medida que creces”.

Tienes que encontrar un futuro para ti”, dijo sonriendo al terminar la entrevista.