La “March For Our Lives” ocurrió en los 50 estados del país y en otros lados del mundo. Fue la marcha más grande en contra de la violencia armada en la historia de USA.
Después de un evento injusto y traumático, existen dos opciones.
La primera es quedarse callado y olvidar que pasó con mucha terapia. La segunda es levantar un movimiento social completo que salga a las calles para marchar por aquello que creen que no está bien.
El 14 de febrero de 2018, un tiroteo masivo afectó a la escuela Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida. Fueron 17 las personas asesinadas, entre alumnos y profesores, por Nikolas Cruz, de 19 años. 17 más resultaron con heridas de gravedad.
Los sobrevivientes y estudiantes al día siguiente crearon el hashtag #NeverAgain en Twitter. Desde ahí nació una pequeña revolución.
Porque un mes después, 800 mil personas marcharon frente al capitolio en Washington D.C. para protestar por el control de armas en Estados Unidos, encendiendo otras manifestaciones en diferentes puntos de Estados Unidos y el mundo, en un país que tiene el 42% de las armas a nivel mundial, según la encuesta de Small Arms hecha el año 2007.
Fue un grupo de adolescentes, que hoy incluso aparece en portadas de revistas como los revolucionarios, los que organizaron la marcha que tenía por llamado juntar a todos los norteamericanos que viven con miedo de encontrarse en cualquier lugar con un tiroteo.
Estados Unidos tiene el 31% de los asesinos en masa armados de todo el planeta, según la Universidad de Alabama, y no son solo las escuelas o universidades los únicos lugares donde pasan estas cosas.
Pasó en la discoteque Pulse el 2016, en un concierto en Las Vegas el año pasado e incluso en una Iglesia en Texas, también en 2017.
La auto denominada “generación de los tiroteos en masa” tiene absolutamente claro que no es llegar y cambiar la segunda enmienda de la Constitución de EE.UU, que desde 1791, permite a ciudadanos portar y poseer un arma, pero han logrado que se consideren acciones mínimas como: registros digitales de dueños de armas, los mismos requisitos para obtener un arma en los 50 estados y la prohibición de comprar armas de asalto, entre otros.
Son más de 300 los tiroteos en escuelas de Estados Unidos, es decir uno a la semana, desde 2013 y es una verdad que nadie puede seguir negando.
Además de los miembros del Never Again MSD (MSD se refiere a las siglas de la escuela Marjory Stoneman Douglas), como Alex Wind, Cameron Kasky y Emma González, entre otros, en la March For Our Lives también salieron estrellas pop y otros oradores que contaron sus experiencia con respecto a la violencia y las armas de fuego.
“Tome mi pena y rabia y la convertí en acción”, dijo Christopher Underwood, quien perdió a su hermano de 14 años a causa de una balazo tras una fiesta de graduación.
Cantaron, entre todo el mar de gente, Miley Cyrus, Demi Lovato, Vic Mensa y Ariana Grande, que no es nada ajena a la violencia de este tipo. Recordemos que el año pasado en Manchester un atentado en un concierto de la cantante dejó más de 20 muertos.
https://www.youtube.com/watch?v=l_RB_3Oqk7c
Emma González transformó en una de las caras visibles del movimiento después de interpelar a Trump y a la Asociación Nacional del Rifle (NRA) en cadena nacional después del tiroteo en su escuela en honor a sus compañeros que murieron.
“Seis minutos y 20 segundos con un AR-15, y mi amiga Carmen nunca más se quejará conmigo de su clase de piano; Aaron Feis nunca más llamará a Kyra ‘Miss Sunshine’; Alex Schachter nunca entrará a la escuela con su hermano Ryan; Scott Beigel nunca más echará bromas con Cameron; Helena Ramsey nunca más se juntará después de la escuela con Max; Gina Montalto no esperará más a su amigo Liam para almorzar; Joaquin Oliver nunca más jugará basquetbol con Sam o Dylan; Alaina Petty nunca más; Cara Loughran nunca más; Chris Hixon nunca más; Luke Hoyer nunca más; Martin Duque Anguiano nunca más; Peter Wang nunca más; Alyssa Alhadeff nunca más; Jaime Guttenberg nunca más; Meadow Pollack nunca más”.
Después de recordarlos a todos se paró en silencio, llorando, sin decir nada. Una alarma sonó y Emma indicó que pasaron los seis minutos 20 segundos del tiroteo: “Desde que estoy aquí han pasado seis minutos y veinte segundos. El tirador dejó de disparar y dejará tirado su rifle. Se quedará con los estudiantes y saldrá por la puerta una hora después antes de ser arrestado. Peleen por sus vidas, antes de que sea trabajo de otro”.
El problema es claro: Estados Unidos tiene una epidemia: el descontrol de las armas de fuego está aterrorizando (y matando) a la población.
Es por eso que a todas las manifestaciones llegaron niños, adultos y abuelos de todas las razas y religiones; todos unidos por una sola razón: decir no más.