La ciudadanía chilena hizo historia el fin de semana al asegurar las bases de la única Carta Magna paritaria del mundo. En ese contexto aparecieron postales memorables: Irací Hassler posicionándose como alcaldesa de Santiago, la machi Francisca Linconao electa como convencional constitucional y una cifra mayoritariamente femenina de personas elegidas para escribir la nueva Constitución. Hablamos con la historiadora y directora del Archivo Central Andrés Bello, Alejandra Araya, para comentar las nuevas esperanzas que trae este hito y cómo participar para proteger el proceso.
Las predicciones sobre lo que pasaría en las urnas el fin de semana pasado estaban cargadas a una mayoría de derecha y al privilegio de partidos políticos por sobre independientes. Sin embargo, y contra todo pronóstico, 84 mujeres y 71 hombres fueron elegidos para redactar la nueva Constitución de Chile; siendo la mayoría independientes. Lo mismo pasó con muchas alcaldías, gobernaciones y concejalías del país. La cifra de convencionales tuvo un reajuste final por la base de paridad de género promulgada en 2020, quedando en 77 mujeres y 78 hombres. Pese a esto, los números no dejan de ser históricos.
“Creo muy relevante que esta idea de lo predictivo, y que es tan común en análisis más politológicos, te da cuenta que los procesos históricos siempre son abiertos y que no puedes saber con precisión cómo se va a mover una ciudadanía que es nueva”, comenta la historiadora y directora del Archivo Central Andrés Bello, Alejandra Araya, mientras asegura que los resultados la sorprendieron y alegraron.
Cuando habla de una ciudadanía nueva es enfática al decir que estas elecciones demostraron que el Siglo XX murió. “Va gente de todas las edades a votar, pero en el caso de los constituyentes son mayoritariamente personas de entre 40 y 50 años. Esto quiere decir que son los adultos de este siglo y además sufragaron generaciones completamente nacidas en el Siglo XXI. Creo que eso marca una línea porque han tenido sus propios procesos históricos, con la revolución pingüina del 2006 y 2011, por ejemplo”, fundamenta.
¿De qué manera crees que las victorias femeninas de las últimas votaciones cambian la percepción tradicional de la política?
“Hay una transformación importante de los adultos. Si veo la alcaldía de Santiago, donde gana una mujer de 30 años del Partido Comunista y que además es la segunda mujer que va a tener la alcaldía, es totalmente sorpresivo para los análisis más tradicionales, pero no lo es si le has tomado el pulso al Siglo XXI.
Hay una sociedad adultocéntrica que pensará que es muy joven, pero no: es una adulta que está en la plenitud de su vida y que tiene todo el derecho de tomar decisiones y de administrar y liderar. Creo que es un cambio muy notable desde el punto de vista de las mujeres porque hay un grupo de mujeres organizadas en movimientos de distinto tipo que se han movilizado de forma incesante en estas primeras décadas del Siglo XXI, y que a su vez son las hijas de las hijas desde los 80 para acá. Diría que están muy comprometidas con la necesidad de unos nuevos códigos”
¿Crees que se está rompiendo por fin la creencia machista de que las mujeres no pueden hacer política?
“Creo que los movimientos más recientes de la llamada cuarta ola feminista inciden en ese cambio de percepción. Esto porque surgen una serie de liderazgos de esta nueva generación de mujeres, maneras diferentes de ejercer ese poder sin temor al espacio público y la ciudadanía también lo percibe. No se trata de simplemente llenar cupos con mujeres, sino que son mujeres que tienen un liderazgo, una convicción y un compromiso importante y diverso, que va desde la tía Pikachu, la machi Francisca Linconao, hasta la abogada de ABOFEM, Bárbara Sepúlveda Hales. Es importante destacar que existe un espectro amplio de candidatas que tienen diferenciaciones de clase, educativas y territoriales, pero que están ahí.
Sin duda es un triunfo de una serie de mujeres organizadas largamente que son herederas de otras generaciones, pero que han trabajado a diario y puerta a puerta. Eso está en todas estas elecciones: hay un trabajo de base”
¿La paridad abre un nuevo camino?
“Por el perfil de las mujeres que fueron elegidas sabemos que son personas que coinciden en que hay un horizonte y una corrida del muro que no puede retroceder. Esto se constata con lo que manifestaron previamente en sus campañas, por sus trayectorias y también porque hay personas que han salido justamente del movimiento social del estallido.
En este contexto, los movimientos y planteamientos feministas respecto a la precarización de la vida, que se agudiza en el neoliberalismo, entra en una discusión más profunda sobre qué es la igualdad, la libertad y el transitar de los géneros. Habrá que ver cómo se traduce eso en una escritura y qué tanto la Constitución va a correr el cerco, pero el que ya estén ahí instalando esos temas le da otro piso de partida.
Y no creo esto por la idea clásica y muy machista de que las mujeres son más nobles que los hombres, sino que lo que pasa es que la experiencia histórica de ser mujer instala esa paridad en la posibilidad de una revolución mucho más estructural y de largo aliento que no se agota en una Constitución. Partimos desde aquí, en este nuevo piso donde al menos quien nazca en este territorio va a tener agua y no tendrá que sacrificar la mitad de su vida para poder tener una pensión injusta y vergonzosa”
¿De qué forma podremos asegurar que el proceso culmine en la Constitución con la que la ciudadanía suena?
Hay que cuidar el proceso en un sentido propositivo, no solo de guardián como sucedió con las personas que protegieron las urnas el fin de semana. Tiene que ser cuidado por la ciudadanía informada y participativa de la confianza que hemos depositado en quienes nos van a representar. Incluso quizás vamos a tener que configurar redes de protección del proceso como observadores. También es importante seguir apoyando las organizaciones de base, a lo mejor transformarnos en activistas porque no podemos sentarnos simplemente a analizar, hay que estar dentro de la forma que puedas.
Es importante mencionar que hay que tener las antenas muy alerta porque se van a seguir usando las mismas estrategias de amedrentamiento y de temor desde los medios de comunicación o los grupos de poder fácticos y empresariales. Creo que es importante que existe una consciencia muy clara del uso estratégico de las herramientas disponibles que no debe confundirse con que estás validando el sistema existente o las formas de la democracia actuales, sino que la estás usando porque es lo que tenemos y lo que otros validan para poder transformar. Asimismo, hay que estar atenta a cómo seguir manejando o cómo se van a crear o solidificar sistemas alternativos de información y trabajo político de base para que la convención constituyente pueda trabajar sin problema. Personalmente, me encantaría sentarme en las sesiones y tomar nota para dejarlo registrado.
Aún nos queda bastante, pero tendremos que comprometernos con proteger el proceso que viene y esa convención constitucional te guste más o menos”.