Los terribles hechos sucedieron en Santa Cecilia, una población rural al este de ese país, el domingo pasado.

“Secuestrada y abusada sexualmente por un grupo indeterminado de soldados del Ejército de Colombia”, relata Juan de Dios Queragma, líder del grupo indígena embera y gobernador de la comunidad. Se refiere a una niña de trece años.

Seis soldados reconocieron su participación este jueves y fueron llevados tras las rejas, informó el fiscal general Francisco Barbosa. Esto produjo conmoción en Colombia, y un escándalo sobre el Ejército, el cual ha sido altamente repudiado por la sociedad civil. Desde el Gobierno, incluso hablaron de cadena perpetua, y trasladaron a un comandante del Ejército hacia la región.

“No es ninguna excepción. Esa es la realidad de muchas de las niñas indígenas”, afirmó a BBC Mundo Armando Valbuena, vocero de la Organización Nacional Indígena de Colombia.

El jefe social asegura que esta situación no es nada nueva, y que menores de comunidades embera, wayúu o afrocolombianas de las zonas rurales sufren de abusos sexuales no sólo por parte de soldados, sino también por grupos armados, guerrilleros y “los paramilitares”.

Los embera son un pueblo originario disperso en distintas partes de Colombia que sufre con frecuencia la necesidad de desplazarse por la violencia armada y la pobreza, usuales en las zonas rurales de ese país. Es común verlos en la ciudad pidiendo ayuda.

Los militares

La denuncia fue recibida en una Oficina de Control Interno Disciplinario del Ejército, por parte de información de un soldado.

Comunidad donde sucedió el hecho

“Esos siete soldados para mí ya no son soldados”, indicó el comandante del Ejército Nacional, Eduardo Zapateiro, quien dijo estar dolido  “como en todos los momentos de crisis de la institución”.

“Hablé con todo el Ejército por esta situación tan compleja, tan bochornosa, tan reprochable que hicieron las tropas que se encontraban a nuestros verdaderos guardianes de la tierra. A nuestros indígenas”, añadió.

Según los comandantes de la institución, cada “caso es aislado” y se trata de “manzanas podridas”.

El ejército colombiano ha estado las últimas seis décadas combatiendo las guerrillas de las FARC, sin embargo, está en deuda reformar integralmente las fuerzas armadas hacia un escenario más pacífico, con capacitaciones en derechos humanos y justicia.

Es por esto que Colombia posee uno de los ejércitos más poderosos y caros del continente y gasta más en defensa que cualquier otro país de la región. Aún así, la institución no goza de buena reputación.

La víctima recibirá apoyo de salud y psicológico, informó el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, y el gobierno prometió que la menor no estará sola en su recuperación.

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar anunció que la víctima recibirá apoyo de salud y psicológico. Además, el gobierno colombiano aseguró que la menor “no estará sola” en su recuperación.

El líder indígena Armando Valbuena sostiene que el caso en contra de la menor es otro ejemplo de la “estrategia de guerra” de los militares en contra de los pueblos rurales del país.