El verano de 1949 no lo podemos olvidar: se aprobó que las mujeres pudieran participar por primera vez en las elecciones presidenciales y parlamentarias, pese a que en 1935 ya habían sufragado en los comicios municipales. Ese hecho marcó un antes y un después en los derechos civiles de las mujeres y, a más de 70 años, no podemos echarnos para atrás. 

En 1877, gracias a un decreto firmado por el ministro de Educación de la época, se les dio acceso a los estudios universitarios y se despertó, de este modo, sus deseos de ir por más: conseguir derechos políticos y poder elegir quién gobernaría el país. Fue a fines del siglo XIX cuando las mujeres chilenas irrumpieron por primera vez en un mundo que hasta ese momento sólo le pertenecía a los hombres. 

En 1917, con el cambio de Siglo, Martina Barros Borgoño, una de las precursoras del feminismo en Chile, afirmó que: “Se ha dicho y se repite mucho que nosotras no estamos preparadas para esto, ¿qué preparación es esa que tiene el más humilde de los hombres con el solo hecho de serlo y que nosotras no podemos alcanzar?”, consigna CNN.

Sin embargo, la lucha de las mujeres  tuvo que seguir esperando. 

En 1934 se aprobó recién el voto femenino para las elecciones municipales y las mujeres pudieron ir a las urnas el 7 de abril del 35. En ese mismo año, 98 mujeres se presentaron como candidatas a municipalidades y 25 fueron electas.  Pero no se podía cantar victoria todavía: las que podían participar de la democracia eran aquellas que tuvieran edad necesaria y supieran leer y escribir, lo que dejaba a un gran número afuera. 

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Pero el movimiento feminista siguió creciendo y despertó la motivación de otras.El antecedente al triunfo:  las abogadas Elena Caffarena y Flor Heredia, en el 41 presentaron un proyecto al presidente Pedro Aguirre Cerda, uno de los partidarios de la lucha de las mujeres por sus derechos político, pero su muerte postergó el debate por varios años.

Recién en el 46 las campañas por lograr el sufragio femenino se masificaron y se empezó a a educar a Chile sobre las ventajas de que todos y todas participaran de la democracia.

El 8 de enero de 1949 lograron que se les concediera el derecho a participar en las elecciones presidenciales y parlamentarias. Un triunfo que tuvo que enfrentar muchos peros antes de ver la luz. Este logro para las mujeres fue celebrado en un acto público celebrado en el Teatro Municipal de Santiago, donde se firmó la Ley Nº 9.292,. 

En la actualidad, a pesar de la poca participación en las urnas, para el plebiscito pasado, las mujeres entre 20 y 34 años fueron las que más asistieron a las urnas, sumaron más dos millones 200 de personas ejerciendo su derecho. Algo que se tiene que defender.