Hay fiestas a las cuales quieres ir porque sabes que compras una promo de pisco barata para ti sólo y vas y llegas a la fiesta de la cual nadie sabía mucho ojalá sólo llegas, y te sientas con tu promo aún cerrada a un lado del sillón sobrepoblado y luego de saludar a la gente que conoces entre las cabezas de otros -que es poca y que no te importa demasiado, aunque te parecen un agregado interesante al decorado- atiendes desde el sillón que las chicas siempre guapas están incipientemente borrachas y que bailan solas algunos temas que estimas acertados y este lugar está bueno y ya te sientes como en onda y tomas un largo y sostenido sorbo de tu trago disfrutando e integrándote sin desearlo tanto y con alguien del sillón conversas sobre algo que te parece bien notar y un cigarrillo prendes y te presentan a una amiga guapa con la cual terminas hablando de tu afición a las artes y esas cosas lindas, confiesas tu melomanía y lo llevas todo hacia la honesta aversión que te merece lo molesto que llegan a ser las otras fiestas que no son tan buenas como ésta -que buena canción-, y ya estás semi bailando y te excusas y te sirves otro trago en cuclillas mientras le hablas a la chica que ya mostraba interés y ahora baila a tu lado y para tu sorpresa nadie corea las canciones ahí y nadie define la libre asociación de los grupos que se arman y se desarman sin un orden aparente y algunas chicas se sacan la ropa jugando porque ya es verano en la ciudad, ya primavera, y te encuentras con la delicada molestia de servirle un trago a la chica guapa con la que hablabas a modo de atención ya que ella te está presentando a una amiga ciertamente atractiva como el simpático paracaidista de la noche en esta casa que no es de nadie que tú conozcas y te besa en la mejilla la chica nueva y quizás te da dos besos porque tiene un acento extranjero que no logras identificar del todo en el ruido y no te pide de tu trago pero te ofrece del suyo lo que provoca en ti una leve mueca de satisfacción y puedes recorrer esta casa acompañado de estas chicas que son dos ahora, pensando en que ninguna fiesta se vuelve recordable si no es en una casa o en un departamento que permita múltiples escenarios donde la fiesta ocurre al unísono y ojalá vas al patio si hay un patio ahí donde para tu agrado no encuentras a los hippies de mierda, a los clásicos hippies de mierda esos, pero a más gente involucrada en si misma y tomando más tragos y riendo a carcajadas yendo y viniendo con vasos van cuando las chicas que te acompañan te interrumpen en el flashazo de esa visión al sentarse y para tu sorpresa ninguno de tus amigos o amigas te llaman para incomodarte y quitarte ese momento y la intimidad convenida entre ustedes y decides sentarte con las chicas que ya hablan de lo otro y sacas el cuarto cigarrillo y lo enciendes y tomas más de tu vaso que no se acaba y estás en un lugar donde la historia puede discurrir en la medida de tus aciertos e infortunios y eso ya es asunto tuyo.

El Festival de Cine//B_3 cumple con ciertas condiciones clave que definen una buena fiesta: muchos lugares a la vez, muchas historias discutiendo entre sí, gente que deambula en los pasillos, imágenes y música que te representan, material de conversación, alcohol en las fiestas que arman todos los días, noche, la ciudad integrada, aire libre, salas oscuras, chicas, tipos, muchos días, reflexión, tensión.

Son 7 días de una celebración del cine que es más inteligente, contemporánea y vibrante que cualquier otra de su tipo en Santiago y, en esta versión, también en regiones. Busca las películas, lleva a tu chica, consigue una a la salida, mete una cerveza o una mamadera a la sala. También hay películas que son gratis. No hay excusa que valga.

Festival de Cine//B_3 – 3 al 9 de Noviembre 2010
Ve el programa aquí

Por Vicente Matta

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